Un cura anglicano y su amigo fueron detenidos por el supuesto delito de violación a un menor de 12 años.
El abuso se habría perpetrado en el interior de un campamento episcopal, ubicado en el kilómetro dos y medio de la vía a Data de Villamil.
El parte policial señala que por versión del adolescente, a eso de las 15:00 supuestamente fue violado por dos sujetos dentro del campamento episcopal.
Basados en la denuncia verbal, los agentes se dirigieron al lugar donde la víctima reconoció a los supuestos agresores.
En el documento se detalla que uno de ellos se identificó “como el sacerdote Eugenio Terencio Noboa Viteri y el otro como Jefferson Geovanny García Torres”, de 57 y 24 años, respectivamente. Ambos fueron detenidos para investigaciones.
Los agentes también conocieron que los implicados tendrían ocultas varias armas de fuego y municiones en un inmueble situado a pocos metros del campamento.
Acompañados del fiscal Javier Espinoza, de Playas, se dirigieron al sitio y con permiso del dueño ingresaron al predio, donde, efectivamente, hallaron, en la parte posterior del patio, un revólver; mientras que en la planta alta encontraron un rifle, una repetidora y una caja con 30 cartuchos calibre 22.
Los uniformados también decomisaron en el campamento episcopal objetos de dudosa procedencia como un DVD, un parlante, una nevera, 15 preservativos y otros objetos.
Sobre el delito de violación, el cura negó el hecho, pues dijo que desde las 13:30 se encontraba en la isla Matorrillo, en el golfo de Guayaquil, y regresó aproximadamente a las 17:00.
También indicó que vio al menor de edad cuando entró a robar al campamento “y se llevó celulares, cámaras y cables de computadoras. Desde ahí tiene represalia con nosotros”.
Por su parte, el otro apresado negó la versión del muchacho porque el padre Noboa se encontraba en la isla Matorrillo.
En la audiencia de flagrancia, el juez ordenó la captura de los dos sospechosos.
En el campamento episcopal ayer no hubo nadie que explicara el supuesto delito. En el lugar solo se hallaba un ciudadano que dijo haber sido enviado a realizar la limpieza.
Del cura expresó que, de lo que conocía, él ya había renunciado a su hábito, pero seguía trabajando en el sitio como guardián.
Añadió que los familiares de él habían acudido la noche del jueves a retirar sus pertenencias.