Cerca de las 09:30 de ayer arrancó en medio de música y color el tradicional desfile de La Confraternidad.
Mariana Tituaña llegó antes de las 07:00 hasta la avenida de Los Shyris para poder ubicarse junto a sus hijos en la primera fila de la acera y no perderse ningún detalle. “Vinimos tempranito para poder ver de cerca todo el desfile y disfrutar de las fiestas”, dijo la mujer.
Cientos de quiteños y visitantes nacionales y extranjeros se apostaron a lo largo de la avenida.
El alcalde Augusto Barrera, acompañado de otras autoridades, encabezó el recorrido y pidió a la ciudadanía disfrutar de los festejos sin el consumo de alcohol.
Los espectadores entusiasmados aplaudían sin cesar mientras pasaban por la vereda varios colegios capitalinos con sus comparsas, bastoneras y bandas de paz para rendir tributo a la “Carita de Dios” por sus 478 años de fundación.
No importó el frío que cobijaba la capital, la música animaba a quienes dieron unos cuantos pasitos de baile como para calentarse.
“Yo soy el chullita quiteño”, cantaba Genaro López, de 75 años, mientras los jóvenes músicos de los planteles educativos interpretaban la famosa tonada.
“Nunca me pierdo el desfile de La Confraternidad, es mi tradición como buen quiteño venir año a año”, dijo el septuagenario.
Mientras los danzantes, zanqueros y músicos avanzaban una hermosa carroza llamaba la atención de todos, no era para menos, pues en el llegaba a engalanar el desfile la nueva soberana de la ciudad, Silvana Di Mella, recibida con aplausos, besos, saludos y piropos como solo los buenos chullitas lo saben hacer.
De repente todos miraban sorprendidos a la guapa quiteña colocar su corona sobre la cabeza de una chiquilla que la recibió emocionada como un gesto de generosidad.
El mensaje de promover una cultura de movilización que no contamine el planeta fue expresado por varios ciclistas que desfilaron montando las BiciQ.
El famoso oficio de capariche también fue representado por algunos jóvenes teatreros que compartieron con los asistentes el lema de cuidar a la capital sin botar basura en las calles.
Los recuerdos se hicieron presentes al ver a los pocos poncheros que aún mantienen la tradición quiteña y saludaron a la capital en su día.
Las elegantes bastoneras llegaban hasta la tribuna y mostraban sus habilidades, así como los chicos de las bandas de paz tocaban con fuerza sus instrumentos.
Le llegó el turno a la banda del Colegio Central Técnico, que se robó los aplausos del público por su excelente presentación, sin embargo algunos jóvenes de la misma institución protagonizaron disturbios, pero los uniformados actuaron con rapidez para evitar mayores desmanes.
De a poco el sol acompañaba a los más de 6.500 participantes, mientras las sonrisas se veían dibujadas en los rostros de quienes pudieron festejar a la ciudad “Luz de América”.
Hoy el sur de Quito también se viste de fiesta para recibir al desfile de La Confraternidad que iniciará a las 09:00 en la avenida Teniente Hugo Ortiz.