El pasado jueves, en horas de la tarde, una banda de sacapintas le cayó de sorpresa a Polivio L., de 46 años, quien en ese momento llevaba seis mil dólares recién extraídos del banco.
El incidente se dio en el kilómetro 6,5 de la Panamericana Norte en la ciudad de Quito.
El hombre fue llevado de emergencia al hospital Pablo Arturo Suárez, ya que en el instante del robo, los pillos portaban un arma con la que le dispararon en la parte derecha del abdomen de la víctima.
En el asiento se encontró la evidencia del tiro y las huellas de sangre que dejó el conductor.
El subteniente Romel Paredes Mejía, encargado del procedimiento, indicó que al perjudicado no se le diagnosticó ningún traumatismo grave después de ser atendido en el centro médico.
Aseguró que la bala solo le rozó la piel, sin causarle laceraciones en órganos internos.
Miembros de la Policía que llegaron al lugar declararon que el herido se dirigía a su domicilio; sin embargo, antes de llegar a su vivienda fue interceptado en medio de la vía por este grupo de hampones.
Aún se desconoce la procedencia de estos sacapintas, pero la policía espera dar lo más pronto posible con los causantes de este hecho delictivo.
Los mismos uniformados agregaron que el hurto se dio por un descuido de Polivio, ya que el señor cuando salió del banco no pidió resguardo policial, sabiendo que iba a llevar una gran cantidad de dinero en su poder.
El vehículo en el que se trasladaba la víctima es una camioneta Toyota Hilux blanca, de placas PXL-436, la que terminó sin ventanas delanteras por el impacto de la bala.
Después del atraco, Polivio, herido, logró girar en “U” para subirse a la acera, donde el grupo de rescate le dio auxilio.
Dentro del automotor se encontró una agenda y un centavo de dólar, que permanecían en el asiento mientras Criminalística se encargaba de revisar lo sucedido.
Los delincuentes se dieron a la fuga viendo que las personas que pasaban por el lugar se detenían a observar lo que estaba ocurriendo.
Moradores del sector que presenciaron el ataque prefirieron no dar explicaciones.
Todos estaban atónitos ante el hecho, pero nadie quiso dar versiones de lo que vieron.
Varias personas se detuvieron en el sitio para saber qué había ocurrido. Asombradas, daban media vuelta y santiguándose se alejaban del siniestro ocasionado por almas sin conciencia.