Adam Lanza, el joven de 20 años que mató a 27 personas en el colegio Sandy Hook, de la localidad estadounidense de Newtown, en Connecticut, era conocido por estar en el cuadro de honor de la escuela, según varios reportes de prensa.
Vivía con su madre, Nancy Lanza, a quien asesinó. La víctima era profesora de primaria del mencionado colegio y fue calificada como una mujer “bondadosa y buena” por su hermana Marsha.
El consanguíneo mayor de Adam Lanza, Ryan -de 24 años, quien es interrogado por la Policía- sostuvo que su hermano menor padecía de un desorden de personalidad, aunque hasta el momento no se sabe cuál era. Algunos medios hablan de un grado moderado de autismo, pero esto no ha sido confirmado.
Antes de dirigirse al colegio, Adam mató a su madre. Los motivos del asesinato aún se desconocen. Luego tomó el vehículo de Nancy y se dirigió a la escuela, llevando consigo tres armas de fuego: dos pistolas y un rifle calibre 223. Las tres habían sido compradas de manera legal a nombre de la madre, según las autoridades.
Mientras que ayer, los residentes del idílico pueblo del estado de Connecticut se encontraban sumidos en el horror a raíz de la masacre de 20 niños y seis adultos, una de las peores matanzas en centros educativos de la historia de Estados Unidos.
Horas después de la matanza, centenares de personas se reunieron para una vigilia en la iglesia de Newtown, cuya capacidad se vio totalmente colmada, y muchos debieron quedar fuera.
“Es una comunidad que realmente se une cuando suceden cosas como esta”, dijo el párroco Robert Weiss. Durante el oficio religioso también se leyó una carta del papa Benedicto XVI.
“He pedido a nuestro Dios padre que consuele a aquellos que lloran la pérdida de un ser querido y que sostenga a toda la comunidad con la fuerza espiritual que se impone a la violencia a través del perdón, la esperanza y el amor reconciliador”, escribió el papa.
David Connors, cuyos trillizos estaban en la escuela durante el tiroteo, pero que resultaron ilesos, dijo que aún estaba horrorizado. “Es duro. Nunca me imaginé que algo así podía ocurrir aquí”, aseguró.
El portavoz policial Paul Vance dijo que solo uno de los heridos había sobrevivido e indicó que el autor de los disparos había estado inusualmente preciso y metódico a la hora de abrir fuego.
La mayor parte de los asesinatos, que se iniciaron a las 09:30 locales, “se produjeron en una de las alas de la escuela, en dos habitaciones”, agregó Vance.
NO EXIGEN PERMISOS PARA POSEER ARMAS
El estado de Connecticut, donde tuvo lugar el tiroteo no exige ningún tipo de permiso oficial para poseer rifles o pistolas, y solo requiere que el poseedor sea mayor de 21 años.
Asimismo, las leyes estatales tampoco piden ningún permiso especial para comprar rifles o escopetas, aunque sí para adquirir pistolas y, como en muchos otros estados de Estados Unidos, no existe en el estado un registro completo de las armas poseídas por civiles.
La Segunda Enmienda de la Constitución consagra el derecho de los estadounidenses a la tenencia de armas y el Tribunal Supremo siempre ha fallado a favor frente a los intentos de algunos estados y ciudades por limitarlo.
Ello contribuye a que Estados Unidos sea el país del mundo con más civiles en posesión de armas, con entre 270 y 300 millones de armas en manos privadas, según las Naciones Unidas, una cifra que la Asociación Nacional del Rifle eleva a más de 300 millones.
No tenía Facebook
Según fuentes jurídicas, Adam Lanza carecía de antecedentes penales. Un familiar anónimo indicó que el joven padecía una clase de autismo. Según The New York Times, no tenía Facebook. Un excompañero de clase de Adam y vecino suyo lo describió como un chico “introvertido y callado”: “Se veía que era un genio”, indicó a la CNN. Por otro lado, la exconductora del autobús que tomaba Lanza para ir al colegio dijo que se trataba de un joven “amable y educado”, como su hermano.
Otros excompañeros que lo conocían destacaron al diario The New York Times lo incómodo que Adam se encontraba en situaciones sociales. Matt Baier añadió que se trataba de una persona muy inteligente y que sacaba notas muy altas “después de haberse pasado el curso sin decir ni una sola palabra”.
Algunos de ellos también confirmaron a la Policía en interrogatorios independientes que el autor de la matanza tenía un “trastorno del desarrollo”: “Si lo mirabas directamente, no podías ver ninguna emoción en su rostro”, indicó un excompañero de clase de Lanza.