Tenía un perro muy bravo que no permitía acercarse a él, ni hacer amistad con los vecinos.
Desde el jueves en la noche, se escuchó aullar a la mascota, incluso “raspaba la puerta metálica de la habitación”, refirió María José, otra de las arrendatarias de un departamento en la calle Larga, entre Vargas Machuca y Tomás Ordóñez. El can al parecer anunciaba que algo malo le pasó a su amo.
Ayer los agentes encontraron muerto al canadiense Míster David, de 35 años, quien alquilaba un cuarto en la dirección arriba señalada. “La víctima tenía colocada una funda plástica sobre su cabeza, llevaba muerto unos ocho días” refirió uno de los agentes de Criminalística. Se presume fue asfixiado.
“David, de ojos claros, cabello rubio, hablaba muy poco español, no hubo como hacer amistad”, señaló Pedro, uno de los vecinos de la casa.
Pedro y María José coinciden en señalar que el extranjero todos los días salía con su mascota a pasear por el barranco del Tomebamba, cerca de la casa signada con el número 354 de la calle Larga, entre Vargas Machuca y Tomás Ordóñez, destinada para arriendos a personas solas o estudiantes.
Nadie sabe a qué se dedicaba el hombre y cuando lo veían lo notaban preocupado y sufrido, “siempre con la cabeza baja y sin mirar a los transeúntes ni a los vecinos”, sostuvo un habitante del barrio. Hace ocho días aproximadamente fue cuando vieron a David salir de su habitación. Los agentes encontraron las puertas con seguro y con un cerrajero la abrieron.
David estaba en estado de descomposición, con el abdomen desgarrado, posiblemente hecho por su perro en su intento por hacer que su amo se levante.
En la habitación se halló una caja fuerte, la computadora de la víctima y unas notas en inglés pegadas en las paredes.
El cadáver del canadiense está en la morgue del hospital Vicente Corral Moscoso.