Momentos inolvidables se vivieron junto a las cuatro personas, tres con capacidades especiales, para quienes el equipo de EXTRA organizó una amena cena navideña.Sonrisas y también lágrimas de alegría formaron parte de lo que fue un día muy especial en la casa de Angélica Alfaro, la maestra que perdió las piernas y las ganas de vivir, pero gracias a las prótesis encontró una razón para vivir.La mesa lucía sencilla, pero llena de delicias, había pavo y una pierna de chancho hornados, así como también un rico chocolate con leche, canela, clavo y pimienta de olor, también una pizca de sal, el pan de pascua, caramelos, el tradicional relleno con nueces y ciruelas pasas y la infaltable botella de vino.Era un momento espiritual donde se recordaría el nacimiento de Jesús, una cena de respeto y armonía donde no podían faltar las oraciones de agradecimiento.El padre Humberto Arias, sacerdote exorcista, quien por años se dedica a realizar labores humanitarias con personas enfermas y de escasos recursos económicos, fue el encargado de bendecir la cena para el grato momento.Angélica Alfaro prestó su humilde morada, ubicada en el Guasmo Sur de Guayaquil. Aquel día, maquillada y arreglada, se puso sus prótesis donadas por una fundación en Ibarra, tras unirse a la campaña de EXTRA.La profesora dijo sentirse muy optimista para superar las terapias de rehabilitación que desde ahora tendrá que realizar para acoplarse a sus prótesis.Ella tenía mucho entusiasmo para iniciar el festejo con el resto de invitados que nos trasladamos hasta su vivienda.“ES UNA BENDICIÓN”Jamil SaáMedina, de 45 años, a quien el mes pasado encontramos en su casa moribundo y con los testículos hinchados a causa de un hidrocele que le fue operado en el hospital Guayaquil, ocho horas después que lo lleváramos de urgencia al mencionado hospital.Hoy, este hombre luce otro semblante. Ya retomó su trabajo informal como vendedor de colas. Por las noches asiste a una iglesia evangélica. En su vida pasada llena de excesos, de alcohol y drogas, llegó incluso a “cenar” debajo de los puentes.“Me quiero llenar hasta reventar. Gracias a Dios he cenado como rey junto a estas personas humildes. Desde que conocí a EXTRA, me han llegado bendiciones y sé que vendrán más”, dijo sonriente.En medio de recuerdos, risas y palabras de aliento se sirvió la cena.LA SORPRESA INESPERADAPero luego de la comida llegó la hora de una linda sorpresa: Santiago Aguirre, de la fundación Vista para todos, entró al lugar con una silla de ruedas para María Macuacé, la señora que ayudamos a encontrar a su hermana (Elena) desaparecida cuarenta años. Las dos fueron tratadas como esclavas desde niñas por una familia que supuestamente las criaría como a hijas, pero al escapar de esta familia, perdieron el contacto.La sorpresa para María, quien padece de artritis, era una linda silla que tanto anhelaba en medio de innumerables necesidades que padece. Una gran sonrisa se marcó en su rostro y recibió su regalo en medio del aplauso de los asistentes.Llorando agradeció a EXTRA por la ayuda brindada y no perdió la oportunidad para seguir apelando a la sensibilidad de los lectores, ya que por motivo de su extrema pobreza carece de muchas cosas.Confesó que necesita una cocina, la que tiene es casi inservible, solo una hornilla le es útil y ella y su familia viven con el temor de que, en algún momento, el tanque de gas explote, debido a lo viejo que está.Su hija Paola Zambrano comentaba que era la primera vez que los invitaban a cenar. Los años anteriores siempre optaban por acostarse temprano porque no contaban con algo para compartir en esas fechas.A María Macuacé la recogimos en Bastión Popular, en su casa de caña que le construyó la fundación Hogar de Cristo. Ella lució sus mejores galas.El LOCUTORTeodoro Zavala, aquel hombre con voz melodiosa que se quedó sin trabajo a raíz de que perdió sus piernas, y a quien meses atrás logramos conseguirle una silla de ruedas a través de la fundación Vista para todos, también estaba en la reunión.“Ha sido un momento muy significativo. Una cena como esta jamás la habría tenido, he compartido con personas muy humildes y buenas que sufren como yo”, dijo Zavala.Lamentó no tener un trabajo, pero no pierde la esperanza de que a través de esta nota alguien le de la oportunidad para locutar en una radio pública o privada. “Me siento capacitado mantengo mi voz y mi cerebro activo, sé improvisar”, exclamó.Entre los homenajeados no podía faltar Mitixi Rodríguez Villamar, la joven con capacidades especiales que estuvo detenida injustamente siete meses en la cárcel de mujeres, por un robo que no cometió.Guadalupe dijo estar muy agradecida. Lo mejor que le sucedió este año fue la libertad que obtuvo su hija luego de haber pasado por el recinto penitenciario.“Lo que quisiera en esta Navidad es tener una cama y un colchón para dormir, la que tenía se le dañó”, dijo.Así terminó un día excepcional, cerrando un grato momento lleno de buenos deseos por parte de estas humildes personas, quienes quedaron sumamente agradecidas con EXTRA.MÁS AYUDAAmigo lector: Si deseacolaborar con estas cuatro personas pueden comunicarse a los teléfonos 098-814-1202 ó 04-230-2523, de Teodoro Zavala; 098-611-1521, de Mitixi Rodríguez; 098-500-3710, de María Macuacé; y 099-364-4209, de Angélica.
Momentos inolvidables se vivieron junto a las cuatro personas, tres con capacidades especiales, para quienes el equipo de EXTRA organizó una amena cena navideña.Sonrisas y también lágrimas de alegría formaron parte de lo que fue un día muy especial en la casa de Angélica Alfaro, la maestra que perdió las piernas y las ganas de vivir, pero gracias a las prótesis encontró una razón para vivir.La mesa lucía sencilla, pero llena de delicias, había pavo y una pierna de chancho hornados, así como también un rico chocolate con leche, canela, clavo y pimienta de olor, también una pizca de sal, el pan de pascua, caramelos, el tradicional relleno con nueces y ciruelas pasas y la infaltable botella de vino.Era un momento espiritual donde se recordaría el nacimiento de Jesús, una cena de respeto y armonía donde no podían faltar las oraciones de agradecimiento.El padre Humberto Arias, sacerdote exorcista, quien por años se dedica a realizar labores humanitarias con personas enfermas y de escasos recursos económicos, fue el encargado de bendecir la cena para el grato momento.Angélica Alfaro prestó su humilde morada, ubicada en el Guasmo Sur de Guayaquil. Aquel día, maquillada y arreglada, se puso sus prótesis donadas por una fundación en Ibarra, tras unirse a la campaña de EXTRA.La profesora dijo sentirse muy optimista para superar las terapias de rehabilitación que desde ahora tendrá que realizar para acoplarse a sus prótesis.Ella tenía mucho entusiasmo para iniciar el festejo con el resto de invitados que nos trasladamos hasta su vivienda.“ES UNA BENDICIÓN”Jamil SaáMedina, de 45 años, a quien el mes pasado encontramos en su casa moribundo y con los testículos hinchados a causa de un hidrocele que le fue operado en el hospital Guayaquil, ocho horas después que lo lleváramos de urgencia al mencionado hospital.Hoy, este hombre luce otro semblante. Ya retomó su trabajo informal como vendedor de colas. Por las noches asiste a una iglesia evangélica. En su vida pasada llena de excesos, de alcohol y drogas, llegó incluso a “cenar” debajo de los puentes.“Me quiero llenar hasta reventar. Gracias a Dios he cenado como rey junto a estas personas humildes. Desde que conocí a EXTRA, me han llegado bendiciones y sé que vendrán más”, dijo sonriente.En medio de recuerdos, risas y palabras de aliento se sirvió la cena.LA SORPRESA INESPERADAPero luego de la comida llegó la hora de una linda sorpresa: Santiago Aguirre, de la fundación Vista para todos, entró al lugar con una silla de ruedas para María Macuacé, la señora que ayudamos a encontrar a su hermana (Elena) desaparecida cuarenta años. Las dos fueron tratadas como esclavas desde niñas por una familia que supuestamente las criaría como a hijas, pero al escapar de esta familia, perdieron el contacto.La sorpresa para María, quien padece de artritis, era una linda silla que tanto anhelaba en medio de innumerables necesidades que padece. Una gran sonrisa se marcó en su rostro y recibió su regalo en medio del aplauso de los asistentes.Llorando agradeció a EXTRA por la ayuda brindada y no perdió la oportunidad para seguir apelando a la sensibilidad de los lectores, ya que por motivo de su extrema pobreza carece de muchas cosas.Confesó que necesita una cocina, la que tiene es casi inservible, solo una hornilla le es útil y ella y su familia viven con el temor de que, en algún momento, el tanque de gas explote, debido a lo viejo que está.Su hija Paola Zambrano comentaba que era la primera vez que los invitaban a cenar. Los años anteriores siempre optaban por acostarse temprano porque no contaban con algo para compartir en esas fechas.A María Macuacé la recogimos en Bastión Popular, en su casa de caña que le construyó la fundación Hogar de Cristo. Ella lució sus mejores galas.El LOCUTORTeodoro Zavala, aquel hombre con voz melodiosa que se quedó sin trabajo a raíz de que perdió sus piernas, y a quien meses atrás logramos conseguirle una silla de ruedas a través de la fundación Vista para todos, también estaba en la reunión.“Ha sido un momento muy significativo. Una cena como esta jamás la habría tenido, he compartido con personas muy humildes y buenas que sufren como yo”, dijo Zavala.Lamentó no tener un trabajo, pero no pierde la esperanza de que a través de esta nota alguien le de la oportunidad para locutar en una radio pública o privada. “Me siento capacitado mantengo mi voz y mi cerebro activo, sé improvisar”, exclamó.Entre los homenajeados no podía faltar Mitixi Rodríguez Villamar, la joven con capacidades especiales que estuvo detenida injustamente siete meses en la cárcel de mujeres, por un robo que no cometió.Guadalupe dijo estar muy agradecida. Lo mejor que le sucedió este año fue la libertad que obtuvo su hija luego de haber pasado por el recinto penitenciario.“Lo que quisiera en esta Navidad es tener una cama y un colchón para dormir, la que tenía se le dañó”, dijo.Así terminó un día excepcional, cerrando un grato momento lleno de buenos deseos por parte de estas humildes personas, quienes quedaron sumamente agradecidas con EXTRA.MÁS AYUDAAmigo lector: Si deseacolaborar con estas cuatro personas pueden comunicarse a los teléfonos 098-814-1202 ó 04-230-2523, de Teodoro Zavala; 098-611-1521, de Mitixi Rodríguez; 098-500-3710, de María Macuacé; y 099-364-4209, de Angélica.