Confirmada la identidad, a las 11:00 de ayer el forense, Dr. Fabio Gallardo, empezó a examinar el cuerpo de Olger Patricio Torres Espinoza para descifrar las causas de su muerte.
Al cadáver lo encontraron por el kilómetro 13 de la vía Balosa, en la madrugada del sábado. Tenía huellas de haber sido torturado y quemada la mayor parte de su cuerpo.
Moradores reportaron el suceso a la Central de Radio Patrulla de la Policía y equipos de Criminalística y Policía Judicial se movilizaron al lugar.
La víctima, de 1,80 de estatura, estaba semidesnuda. Vestía un interior color anaranjado y medias blancas. Tenía una figura tatuada el brazo derecho.
Según versiones de habitantes de las pocas viviendas que existen cerca al lugar, a eso de las 04:00 escucharon un escándalo y gritos. Luego varios disparos y el sonido de un vehículo que arrancó.
La Policía llevó el cuerpo a la morgue del cementerio de Machala hasta la mañana de ayer que se presentó la esposa, Leslie Elizabeth Espinoza Sánchez.
“Es mi esposo y no entiendo cómo le pudieron hacer eso. No tenía problemas con nadie”, expresó la señora, quien reveló que se trataba de Olger Patricio Torres Espinoza, de 34 años, nativo del cantón Ponce Enríquez, Azuay, y deja en la orfandad 3 menores de edad.
Sobre las posibles causas de lo que podría ser una venganza, la mujer refirió que no conoce absolutamente nada y que su marido vivía dedicado a trabajos mineros artesanales, de su propia cuenta. Se mantuvo en silencio, limitándose en decir que la última vez que lo vio fue el pasado viernes al mediodía.
Después, el cadáver fue trasladado al barrio Manantial, en Ponce Enríquez, donde residía, para el velatorio. Un allegado mencionó que hoy en la mañana harían el sepelio.