Vestir de seda natural, para muchos, resulta muy elegante y cómodo, pero quizá no todos conocen el largo proceso para tener listas las prendas.
En la provincia de Zamora Chinchipe, las laboriosas manos de la familia Morales y la actividad de los gusanos de seda, en una de las etapas de su existencia, permiten conocer, admirar y adquirir productos de fina seda.
A todo el proceso se lo conoce como la sericultura. Es una actividad agroindustrial que comprende tres etapas: agrícola, que consiste en la instalación del cultivo de la morera (planta de la que se alimenta el gusano); pecuaria (crianza del gusano de seda); y, fase industrial o artesanal (obtención de seda del capullo y elaboración de las prendas de vestir).
CÓMO ES EL PROCESO
Primero debe cultivarse la morera (planta de calidad), luego se compran los huevos de los gusanos que, en este caso, se los importa desde Italia (hasta 20 mil) cada vez que hace el pedido.
Un mes dura el proceso de alimentación de los gusanos desde que nacen. Una vez que alcanzan un tamaño de ocho a nueve centímetros elimina una sustancia por la boca que se convierte en un capullo.
Ese capullo queda encerrado para luego transformarse en mariposa. Antes que salga la mariposa se cosechan los capullos que son convertidos en hilo que llega a medir desde 1.000 a 1.500 metros de longitud por cada capullo.
Una vez que se obtiene el hilo en forma artesanal, Matilde y su familia que trabaja en el taller le ponen color a las fibras con tintes naturales hechos a base de hojas, frutos, raíces, flores de las plantas y la cochinilla que es un insecto.
Posteriormente va a los telares para convertirse en bufandas, ponchos, carteras, o tela para confeccionar e incluso collares y aretes, de los capullos sin sacarles la seda.
EN YANTZAZA
La sericultura no es una práctica reciente, sin embargo; en Ecuador no se ha dado prioridad y es escasa la producción y son pocos los lugares donde se realiza la actividad.
Uno de esos sitios es el barrio Quiringue, parroquia Chicaña, en el cantón Yantzaza, provincia de Zamora Chinchipe. Allí, a quince minutos de Yantzaza, por la troncal amazónica encontramos el taller de Matilde Morales, donde también trabaja su familia.
Productos
Personas de distintos lugares acuden a comprar los productos que resultan ser elegantes y hasta un privilegio vestirlos.
Una bufanda llega a costar 40 dólares y de ahí varían los precios dependiendo de la prenda. Lo cierto es que la seda ofrece elegancia, suavidad y distinción y en Zamora hay una opción para encontrar estas maravillas.
TRAYECTORIA
A partir de 1996 el Instituto Ítalo Latinoamericano (IILA) financiado por el gobierno de Italia, a través de un proyecto, implementó la sericultura en el país e incentiva a la gente emprendedora.
Producto de ello un joven visionario realizó una monografía para graduarse de bachiller en el Instituto Primero de Mayo, de Yantzaza.
Luego por medio del IILA se capacitó en Ecuador y en Italia, cultivó la morera e inició la crianza de gusanos de seda. Más tarde enfermó y falleció y se paralizó el trabajo, que después de un tiempo fue retomado por su hermana Matilde, quien aprendió de su pariente a desarrollar la actividad.
“Posteriormente el mismo IILA formuló el proyecto de la Red Latinoamericana de la Seda, en el cual hubo capacitación y me invitaron. Actualmente llevo siete años no solo produciendo, sino haciendo crías alternadas en el año”, comentó Matilde Morales.