Cada vez que Guss escucha algún ruido en el techo de la casa de sus amos en la 16 y la D (Suburbio de Guayaquil), aúlla lleno de pánico. Días atrás se salvó de ser castizado y destripado por uno de los monos salvajes que mantienen en zozobra a este sector.
Desde que la reveladora fotografía publicada en EXTRA, en la que aparece el mico tratando de castizar al perro Guss, la mascota se ha vuelto famosa, tanto que el vecindario se acerca a la casa de doña María Jaramillo para que les cuente y muestre los vídeos que guarda en su celular.
En varias ocasiones, la ama de casa escuchó gritar a su perro, pero nunca imaginó que era “acosado” por el mono salvaje que llegaba al patio de su casa. “Recuerdo que fue la mañana del 11 de enero, mientras me encontraba con mi hija Liz Ordóñez en el patio, cuando vimos a ese animal. Llegó con cara de inocente”, señaló la señora.
“ Yo lavaba la ropa y cuando vi al mono que correteó a mi perrito, saqué mi celular que lo tenía en el bolsillo del pantalón y grabé todo” manifestó Liz.
Guss tiene seis meses, todavía es un cachorro. Inocente de los verdaderos instintos del mono machín, jugueteaba y se dejaba hacer todo. “Vi cuando agarró a mi perrito de la parte de atrás y con su mano lo tocó en su vientre. Parecía un hombre”, contó la joven.
Liz no soltó su teléfono hasta llegar a saber qué era lo que realmente hacía el intruso animal.
Pero se sorprendió cuando vio que su perro era colocado en diferentes posiciones. “Le tomé fotos y luego lo espanté para evitar lo castizara”, comentó.
La audacia del mono machín llegó al extremo de lanzar a Guss contra el piso del patio. “Lo hizo como cuando uno coge a un bebé para ponerle el pañal. Luego le enredó el rabo en una de sus piernas y lo inmovilizó. Posterior abrazó. Cuando vi que abrió el hocico y peló sus filudos colmillos, pensé en lo peor. Pretendía desgarrarle la barriga, como hizo con los gatitos de mi vecina”.
Por más que lanzó piedras al feroz mono, este no se alejaba. “Atoda costa le quería clavar los colmillos en la barriga a Guss. Tuvimos que coger un palo para espantarlo”, indicó.
Desde aquella amarga experiencia, el perrito Guss, cada vez que escucha que el mono anda por los techos, se pone en alerta y se orina de los nervios. “Lo tenemos amarrado para que no salga al patio y si salimos a comprar lo llevamos”, indicó Liz.
Curiosamente el mono de aproximadamente 50 centímetros, hace una semana no se ha aparecido por el lugar. Se rumora que días atrás fue mordido por un perro de gran tamaño al mismo que le quiso hacer la misma travesura que a Guss.
Buscan a un mono vanidoso
La mañana de ayer, miembros de la Unidad de Protección de Medio Ambiente de la Policía Nacional, se dirigieron al sector de la 12 y la C, donde amas de casa manifestaron que habían visto al mono en el árbol del patio de una casa. Una de ellas dijo que días atrás vio a dos, entre estos uno gris, al cual calificó de hermoso, por tener un pelaje diferente al de los otros.
El sargento Robert Ulloa, señaló que por las versiones de las personas hacen pensar que no habría un solo mono, sino dos, por lo que la Unidad de Medio Ambiente tomará en cuenta todos estos detalles.
Los moradores no dejan solas a sus mascotas en las casas. Si van a comprar las llevan con ellas.
Marilú Barreto es la única moradora que dice que uno de estos monos que llega a su casa es tranquilo, tanto que hasta lo llama Martín y le da de comer. Señaló que el animalito anda con un espejito en la mano y cuando está en el árbol se mira en él.
“Estoy indignada porque ese mono se mete en mi casa, tengo miedo por mis hijos, ese animal es agresivo”, se quejó Diana Vega, a los policías de Medio Ambiente.