De un balazo en la cabeza fue asesinada Verónica del Pilar Vargas Yanguisela. La testigo del horrendo crimen al estilo sicariato fue su pequeña hija de dos años.
El crimen de la madre de familia de 38 años ocurrió la mañana de ayer aproximadamente a las 06:30.
Verónica conducía su camioneta marca Toyota, color blanca, placa PNR-245, cajón de madera, que estaba cargada con cubetas de plástico llenas de hortalizas para ser entregadas en centros de salud.
La mujer se dedicaba a la venta de hortalizas, el cual tuvo sus frutos y su padre José Vargas le compró la camioneta para que se pueda movilizar de mejor manera a distintos sitios y entregue la mercadería.
Verónica tenía un hijo de 18 años de edad, de su primer compromiso. Pasó el tiempo y llegó a su vida un nuevo compañero sentimental con quien procreó una pequeña niña que ahora tiene dos añitos y era la compañía inseparable de su madre.
ASESINADA DE UN BALAZO
Como casi todos los días, Verónica y la infante madrugaron a adquirir las hortalizas en uno de los mercados del sur de Quito, para ir a dejarlos en las primeras horas de la mañana de ayer a los centros hospitalarios.
Con el cajón de la camioneta repleto de los productos, la madre y su pequeña hija se movilizaban por la vía Velasco Ibarra, más conocida como La Oriental.
Al bajar por el carril derecho, a la altura de Luluncoto, en la antigua salida interprovincial de la terminal de Cumandá, Verónica detuvo el auto en el semáforo que estaba en color rojo.
Ese momento fue aprovechado repentinamente por un sujeto desconocido que se movilizaba en una motocicleta. El tipo con toda la sangre fría se acercó al costado izquierdo de la puerta del auto, sacó un arma de fuego de entre sus prendas, apuntó a la cabeza de la conductora y le disparó.
Verónica quedó sin vida frente al volante con su cuerpo hacia atrás, mientras que la pequeña estaba junto al cuerpo de su madre muerta.
El vehículo con la víctima “bañada” en sangre producto del balazo quedó en media vía, lo que provocó gran congestión vehicular pasadas las seis y media de la mañana.
Miembros de la Policía de Tránsito que llegaron primero al lugar dirigieron la circulación vehicular, mientras solicitaban la presencia de la Brigada de Homicidios y Criminalística.
AMENAZADA DE MUERTE
Pasada una hora del crimen llegó al lugar la familia de la víctima, que no podía creer lo sucedido.
Una de las primeras en aparecer fue su hermana, quien en medio del intenso dolor y llanto se arrodilló en la vía para pedir a Dios que se haga justicia.
La pariente, completamente nerviosa, dijo que Verónica hace no mucho tiempo fue amenazada de muerte por una mujer que era esposa del actual conviviente de la victimada.
José Vargas y María Paula Yanguisela, padres de Verónica del Pilar, llegaron más tarde al sitio y no pudieron contener las lágrimas por la muerte de su hija. (HA)
PONDRÁN DENUNCIA
El cadáver de Verónica fue llevado a la morgue, mientras que la hermana de la fallecida averiguaba dónde poner la denuncia en contra de la presunta autora intelectual del asesinato.
“Mijita, mi trabajadorita, ¿por qué tuvieron que hacerte esto y delante de tu pequeña hija?”, decía José Vargas, padre de la víctima, mientras con sus manos se cogía la cabeza.
A pocos metros María Yanguisela vivía otro drama en la calle mientras era auxiliada por miembros de la policía.
La pequeña, completamente sin entender lo sucedido con su madre, se aferraba a los brazos de su tía, quien por el celular llamaba a los familiares para comunicarles que su hermana había fallecido.
Miembros de Criminalística y Homicidios recabaron indicios y versiones de varias personas para las pesquisas.