Hasta ir a almorzar da miedo. Ocurre en Ambato, porque ahora los ladrones están pendientes a la hora que los dueños de sus negocios se dirigen a sus hogares para la alimentarse y delinquir.
En la ciudad de los “guaytambos” es tradición que a partir de las 13:00 se dirijan a sus casas o cierren sus negocios para compartir en familia la hora del almuerzo. Fue lo que sucedió con Leonardo Guerrero, propietario de la Joyería Guerrero con 60 años prestando servicio en la ciudad. El miércoles los hampones la “vaciaron”.
Su local, el 0840, está ubicado en pleno casco comercial de Ambato, diagonal al parque Cevallos, en la calle Martínez, entre la avenida Cevallos y calle Juan Benigno Vela. A las 13:00 cerró el negocio y se fue a casa. Dos horas y media después retornó y junto a un amigo abrieron la puerta de hierro y la novedad fue que sus vitrinas estaban vacías.
La sangre se le congeló al propietario y de inmediato recorrió el local, las lámparas estaban encendidas y todos los cajones del escritorio desordenados. Los delincuentes tuvieron mucho tiempo para robar lo que más pudieron.
Su hija Yolanda dice que lo curioso es que nadie vio nada. El local está rodeado de establecimientos comerciales e incluso de una cooperativa de ahorro, “pero nadie se percató cuando ingresaron los ladrones”, manifestó.
Las pérdidas ascienden a más de 8 mil dólares en joyas. Los propietarias tenían la confianza que las cámaras de vigilancia del ECU 911 captaran el momento cuando abrieron el local y se encerraron para robar, pero no ocurrió. El jefe de Criminalística, Diego Zumba, comentó que registraron los vídeos y no se observó nada.
Esta modalidad de robo ocurrió hace quince días en el centro de la ciudad. En la calle Sucre otra joyería fue asaltada en pleno horario de almuerzo. Gladys Sailema, comerciante, también denunció que hace menos de un año se le robaron todas las computadoras de su local ubicado en la Juan Benigno Vela.