
Los campesinos colombianos, en huelga desde hace 12 días, anunciaron ayer que levantarán los bloqueos de las carreteras, pero seguirán con su protesta hasta que lleguen a un acuerdo con el Gobierno.
El anuncio lo hicieron los negociadores tras una reunión de último momento que tuvieron después de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó la retirada de sus delegados de la negociación para buscar un acuerdo en la ciudad de Tunja.
“Se han logrado acuerdos parciales, lo cual nos da la potestad para invitar a los manifestantes a permitir el libre tránsito vehicular”, dijo uno de los negociadores de los campesinos, el cual leyó un comunicado en Tunja, capital del departamento de Boyacá, el más afectado por las protestas.
Los bloqueos de vías, que comenzaron el pasado 19 de agosto, día de inicio de la huelga, han dejado aislados a pueblos y ciudades de numerosos departamentos del país y dieron pie a disturbios en las carreteras, que luego se trasladaron a las zonas urbanas.
“Invitamos a los manifestantes a mantener el paro permitiendo el libre tránsito de los vehículos de todo tipo y apostándonos al borde de las carreteras”, agrega el comunicado leído hoy.
Estos avances se consiguieron gracias a la mediación del gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados; del arzobispo de Tunja, Luis Augusto Castro; y del alcalde de la ciudad, Fernando Flórez, quienes en un esfuerzo de última hora para evitar la ruptura del diálogo, pidieron a las partes que tuvieran una última reunión después de la orden dada a los delegados del Gobierno de regresar a Bogotá.
En una fuerte declaración que hizo ayer desde la Casa de Nariño, Santos ordenó la retirada de los ministros encargados de negociar con los campesinos por la falta de un acuerdo tras cuatro días de conversaciones.
“La paciencia se agota”, declaró el presidente, quien añadió que después de otra noche de negociaciones infructuosas, le pidió a sus ministros que regresen a Bogotá y dejen a los campesinos las propuestas del Gobierno sobre la mesa.