En horas de la tarde de ayer un balazo en el tórax puso fin a la vida de Eduardo Nazareno Quiñónez en la cooperativa Mélida Toral, en el norte de la isla Trinitaria, sur de Guayaquil.
Según revelaron testigos, fue asesinado por “Tato” después de una fuerte discusión, en la que uno de sus hermanos también resultó herido.
El fiscal de turno, Marco Ordeñana, tuvo dificultades al recabar información sobre el hecho, puesto que el supuesto asesino pertenecería a una banda que tiene en zozobra al sector.
El día estaba soleado y algunos habitantes de la Trinitaria bebían en los portales de sus viviendas. Eran las 15:30, la gente escuchaba música y a pesar del fuerte volumen de los equipos de sonido sintieron el estruendo de un balazo, que provenía de uno de los callejones del sector.
Algunos moradores corrieron a observar lo que sucedía y mientras lo hacían un sujeto, quien luego fue identificado como “Tato”, “salió corriendo y nadie se atrevió a detenerlo, pues pertenece a una banda peligrosa y aquí la gente le teme”, contó un lugareño.
En ese momento los familiares también llegaron al sitio. Estaban desesperados y no sabían qué hacer. En el callejón de tierra estaba tirado Nazareno Quiñónez. Su pecho presentaba una gran mancha de sangre y uno de sus ñaños tenía una herida en el dedo.
“El hermano contó que estuvieron discutiendo, hubo golpes, y en el enfrentamiento ‘Tato’ sacó el arma y le disparó. Pero él ni los demás parientes quisieron hablar de lo que pasó, porque podrían perder la vida cuando la Policía ya no esté aquí”, informó el fiscal.
Pero antes de que se inicie la discusión, según el sargento Carlos Laichamina, “Nazareno estaba en su casa y salió a comprar a la tienda. Al parecer, como tenía problemas con el otro individuo, se inició la discusión que terminó con la muerte de uno de los involucrados”.
Mientras que otro testigo relató que la víctima “se ‘pegaba unos traguitos’ tranquilo con un amigo, pero se quedó dormido un rato. Entonces llegó ‘Tato’ y dio unos disparos en el aire. Nazareno se levantó y le reclamó, pero antes ya lo hizo su hermano. Se armó la pelea y les disparó, pero solo uno murió”.
Se llevaron el cuerpo
Tras lo ocurrido los familiares no dejaron el cuerpo en el lugar de los hechos. Prefirieron cargarlo hasta una vivienda que está detrás de la casa de la víctima. El cadáver fue puesto sobre una banca de madera y cubierto por una sábana, junto a una ventana para que el viento se lleve su hedor.
En la escena del crimen quedó un pequeño charco de sangre, sobre el cual fue colocada una vela. La gente se agolpó fuera del inmueble, donde momentáneamente se veló al occiso. Algunos conocidos de Eduardo Nazareno mencionaron que él era una persona tranquila, vivía con su esposa y deja 7 hijos huérfanos de padre.
La Policía investiga el paradero de “Tato”.