Un desafortunado sujeto intentó acabar con su existencia lanzándose desde un paso a desnivel, sin calcular que la altura no era la suficiente para llevarlo hasta la otra vida, como era su anhelo.
Lorenzo Nolberto Burgos Arreaga, de 27 años, por razones que no reveló, intentó suicidarse y creyó que la mejor alternativa era hacerlo desde el paso a desnivel que cruza sobre la avenida 25 de Julio, conectando las calles Pío Jaramillo y la vía Perimetral.
“Yo lo vi al señor cuando se encontraba arriba. Pude percatarme que se subió a la baranda, se colgó de los brazos y luego se lanzó”, expresó Carlos Morales, guardia de seguridad en un edificio cercano al lugar de los hechos.
Minutos antes, algunos jóvenes que circulaban por la zona, alrededor de las 01:30 de ayer, recordaron que vieron al ciudadano “mientras subía por el paso elevado con algunas piedras en la mano”.
Al creer que los 5 metros de altura eran suficientes para lograr su cometido, se lanzó sin imaginar que abajo no lo esperaba la muerte, sino un fuerte golpe contra el concreto, que lo dejó mal herido y con dolores que le llegaban hasta el alma.
“Vi cómo abrió los brazos y se lanzó. Quedó tendido en el piso con muchas heridas que lo hicieron sangrar. Por eso llamé a los policías y ellos se encargaron de traer a la ambulancia. Yo no me acerqué a verificar cómo estaba porque no puedo abandonar mi lugar de trabajo”, declaró el celador.
TREMENDO GOLPE
Más allá del golpe, Burgos Arreaga se mostró muy amargado puesto que el gran salto no resultó según lo planificado. En su rostro se veían las heridas provocadas al intentar poner fin a sus días.
Lorenzo Nolberto tenía un corte sangrante en el pómulo derecho. Del lado izquierdo mantenía raspones que también lo hicieron sangrar; su brazo derecho estaba fracturado.
Pese a todas las lesiones, este hombre jamás demostró señales de dolor y solo se dedicó a permanecer sentado en el borde de la vereda hasta el arribo de los paramédicos, quienes lo trasladaron en una ambulancia hasta el hospital Guayaquil. A esta casa asistencial llegó una mujer, quien se encargó de cuidar por él.
Luego de que se recupere de las heridas, ojalá desistiera de la idea de suicidarse, ya que por lo visto no lucía muy contento por fracasar en su primer intento.
En otro de los viaductos del mismo sector, la madrugada del sábado, un motorizado se accidentó y cayó al vacío, pero este sí falleció.
Lorenzo Nolberto Burgos Arreaga, de 27 años, por razones que no reveló, intentó suicidarse y creyó que la mejor alternativa era hacerlo desde el paso a desnivel que cruza sobre la avenida 25 de Julio, conectando las calles Pío Jaramillo y la vía Perimetral.
“Yo lo vi al señor cuando se encontraba arriba. Pude percatarme que se subió a la baranda, se colgó de los brazos y luego se lanzó”, expresó Carlos Morales, guardia de seguridad en un edificio cercano al lugar de los hechos.
Minutos antes, algunos jóvenes que circulaban por la zona, alrededor de las 01:30 de ayer, recordaron que vieron al ciudadano “mientras subía por el paso elevado con algunas piedras en la mano”.
Al creer que los 5 metros de altura eran suficientes para lograr su cometido, se lanzó sin imaginar que abajo no lo esperaba la muerte, sino un fuerte golpe contra el concreto, que lo dejó mal herido y con dolores que le llegaban hasta el alma.
“Vi cómo abrió los brazos y se lanzó. Quedó tendido en el piso con muchas heridas que lo hicieron sangrar. Por eso llamé a los policías y ellos se encargaron de traer a la ambulancia. Yo no me acerqué a verificar cómo estaba porque no puedo abandonar mi lugar de trabajo”, declaró el celador.
TREMENDO GOLPE
Más allá del golpe, Burgos Arreaga se mostró muy amargado puesto que el gran salto no resultó según lo planificado. En su rostro se veían las heridas provocadas al intentar poner fin a sus días.
Lorenzo Nolberto tenía un corte sangrante en el pómulo derecho. Del lado izquierdo mantenía raspones que también lo hicieron sangrar; su brazo derecho estaba fracturado.
Pese a todas las lesiones, este hombre jamás demostró señales de dolor y solo se dedicó a permanecer sentado en el borde de la vereda hasta el arribo de los paramédicos, quienes lo trasladaron en una ambulancia hasta el hospital Guayaquil. A esta casa asistencial llegó una mujer, quien se encargó de cuidar por él.
Luego de que se recupere de las heridas, ojalá desistiera de la idea de suicidarse, ya que por lo visto no lucía muy contento por fracasar en su primer intento.
En otro de los viaductos del mismo sector, la madrugada del sábado, un motorizado se accidentó y cayó al vacío, pero este sí falleció.