Unos lloraban de alegría al abrazarse con sus seres queridos y verlos bajar con vida del barco Fernandito. A otros la tristeza le invadía y la desesperación de recibir los cadáveres congelados era desgarrador. Este drama se vivió la tarde de ayer en el muelle de Puerto Atún, de Manta, cuando llegó la nave con los 14 sobrevivientes del naufragio y los cuerpos de los dos fallecidos: Igor López Ríos y Plinio Alberto Cedeño.
Por otro lado los familiares de los tres desaparecidos se sumaban a la impotencia de no saber dónde están sus seres queridos y piden que la búsqueda no se detenga.
El barco Tuna 1 naufragó la madrugada del jueves último a 182 millas de la isla Isabela, en Galápagos, cuando varias olas viró la embarcación. De los 19 tripulantes, 14 se salvaron, dos cuerpos fueron recuperados y faltan tres más, que no se sabe sin están muertos o sobrevivieron y ellos son Simón Delgado Rodas, Víctor Castillo Lucas y Marco Chinga Mero.
QUÉ DRAMA
El primero en bajar del barco fue Ángel Anchundia, quien rompió el protocolo que había coordinado la capitanía del puerto y se abrazo junto a su familia y amigos que lo esperaban en la orilla del pequeño muelle. Allí el llanto fue evidente. Los sobrevivientes a simple vista se observaban con quemaduras de primer grado en sus cuerpos, estos una vez que terminaron de saludar a sus familiares fueron llevados en ambulancias hasta la clínica El Sol.
María Mero, madre de Marco Chinga Mero, uno de los desaparecidos, estalló en llanto.
Jorge Parrales abrazó a su pequeña hija con quien derramó lágrimas. El hombre comentó que las olas que voltearon el Tuna 1 median entre 10 a 12 metros y no les dio tiempo a nada.
Raúl Paladines, representante de la empresa Tunaexport, aseguró que hay 4 embarcaciones en la búsqueda de los tres desaparecidos y que en los próximos días llegarán buzos colombianos que fueron contratados. (HL)