La aviación no solo nació con la proeza del piloto italiano Eliat Liut y el recordado Telégrafo I al cruzar un turbulento trayecto desde Guayaquil hasta Cuenca, el 4 de noviembre de 1920. El museo de aviación, ubicado en la sede de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, en el norte de Quito, también recuerda la gran proeza del piloto ecuatoriano, de ascendencia también italiana, Cosme Renella Barbatto.
Quizá su historia se opacó con el impacto que dejó Liut en los ecuatorianos tras su aventura aérea. Renella Barbatto también aportó a la historia de la aviación con sus hazañas. Fue el primer representante de Ecuador que participó en la Primera Guerra Mundial.
Renella trajo desde la conflictiva Europa una serie de condecoraciones por su gran actuación en la Primera Gran Guerra. Su historia remite que derribó siete aviones y participó en 152 combates aéreos.
Toda esa gama de honores de Cosme Renella está escrita en un gran libro que está expuesto en una de las tantas vitrinas que contienen las remembranzas aéreas del Ecuador.
El Museo Aeronáutico y del Espacio fue creado hace 26 años, y es el único sitio de su clase en todo el Ecuador que ahora reabrió sus puertas a inicios de marzo y tiene una variedad de atractivos, los cuales pueden ser apreciados de miércoles a sábado y la entrada es gratuita.
La historia aérea“El Museo Aeronáutico y del Espacio contiene la historia de la aviación desde 1913 hasta la actualidad”, recalca Byron Lara, sargento de aviación del lugar.
Lara explica que el museo se divide en dos salas y el lugar en donde está el simulador de vuelo. La primera sala contiene toda la información de la evolución de la aviación en el Ecuador. Mientras que en la segunda sala está, a breves rasgos, el desarrollo aéreo a escala mundial.
El museo además cuenta con el denominado parque estático y no es más que un conjunto de 25 aviones reales dados de baja luego de cumplir su misión.
Las nuevas y emblemáticas aeronaves con las que cuenta el museo son un K-Fir, Jaguar y el Mirage. Este último se hizo famoso porque en la guerra contra Perú, de 1995, derribó a un avión enemigo en selva ecuatoriana.
Parte de ese avión derribado está en el museo y se lo exhibe como trofeo del conflicto, dando cuenta como uno de los primeros combates aéreos en la historia latinoamericana.
El simuladorEn la habitación 2 del museo hay un pequeño lugar en donde se ubicó al simulador de vuelo, donde los profesionales aéreos hacen sus prácticas.
El artefacto tiene la forma de la nariz de un avión, es plateado y en su interior está la cabina de vuelo simulado. Los aficionados por la aviación volarán, con un programa informático, cualquier aeronave con el logo ecuatoriano.
Podrán volar desde las naves de los pioneros de la aeronáutica como los hermanos Wright hasta el actual avión presidencial.
“Pusimos un programa denominado Flight Simulator y el resultado es que se puede volar cualquier avión de la historia”, asegura Lara. La pista virtual desde donde despegarán los visitantes es el viejo Mariscal Sucre.
La pantalla le determinará la altura, la velocidad, el horizonte y la brújula, elementos indispensables en un vuelo real.
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