Su prematura partida destrozó los planes de una familia feliz. Hoy, su esposa está devastada y sus allegados más próximos no saben cómo enfrentarse a tan duro golpe.
El belga Víctor Manuel Dos Santos Delgado, de 48 años, no era amante de los deportes extremos. Pero paradójicamente, halló la muerte durante un viaje por unas tierras que había aprendido a amar, mientras practicaba ‘canopy’ en una hostería situada en el kilómetro 7,5 de la vía Bucay-Chillanes.
Sus últimos instantes con vida quedaron plasmados en un vídeo que grabó un familiar, justo cuando el ciudadano extranjero atravesaba el cable de un extremo a otro. Por el momento no ha trascendido la causa del fallecimiento, aunque se barajan distintas hipótesis preliminares sin confirmar, como que la cuerda presuntamente se habría roto o que el arnés supuestamente se habría soltado de su cintura. Pero lo cierto es que Víctor Manuel cayó desde una altura aproximada de 35 metros cuando le faltaba poco para llegar al otro lado del recorrido.
Rocío Cabrera, la mujer con quien decidió compartir su vida desde hace más de cinco años, lo vio precipitarse contra el suelo. Desesperada, corrió para auxiliarlo. Pero según relató en la denuncia que interpuso el pasado 8 de enero en la Fiscalía del Guayas, nadie se acercó a ayudarla por más que gritaba.
En el escrito, la esposa pedía a las autoridades que investiguen lo sucedido en el complejo turístico donde se produjo la tragedia que le costó la vida a su amado Víctor, aquel que conoció en uno de sus paseos por Europa.
HORAS DE CHAT
Celia Cabrera, su cuñada, sacó fuerzas para recordar con EXTRA algunas anécdotas y cualidades de Víctor Manuel. Rememoró cómo pasaba largas horas hablando con su hermana Rocío por Skype (aplicación de mensajería instantánea y videochat).
Tras varios meses de enamoramiento, él decidió visitar Ecuador. Conoció Cuenca, donde le dio la sorpresa que cambiaría la vida de ambos. Allí le entregó un anillo de zafiro con brillantes y le pidió matrimonio. Ella, sin dudarlo un instante, le dio el “sí quiero”. Estaba convencida de que él era el amor de su vida.
Víctor Manuel volvió a Europa, pero a los pocos meses regresó y le regaló a su novia la boda con la que tanto había soñado. La pareja contrajo nupcias en una iglesia evangélica y luego se casaron por lo civil en el Viejo Continente.
El fallecido amaba Ecuador. Por eso pensaba, en un futuro no muy lejano, comprarse una casa en Guayaquil para cuando se jubilara. Quería establecerse en el país junto a su adoraba esposa y que sus dos hijos, de uno y tres años, también sintieran y aprendieran a valorar la calidez de la gente latina. Al belga le sorprendían y al mismo tiempo le encantaban los lazos tan estrechos que unían a su familia política.
Él, como profesional de la ingeniería eléctrica y con el dominio que tenía de siete idiomas, había trabajado en distintos países como Dubái, Indonesia, Alemania o Suiza, entre otros. Pero, en alguna ocasión, confesó a los parientes de su esposa que nunca había conocido Ecuador. Ni siquiera hablaba español.
Cuando contactó con Rocío, no dudó en estudiarlo y realizó un curso intensivo de quince días para poder hablar y chatear con ella en la distancia.
Sus padres, nativos de Portugal, creían que Ecuador era un país algo peligroso. Por eso preferían que Víctor Manuel no viniera a Latinoamérica, donde debía encontrarse con la que sería su futura esposa. Pero eso nunca supuso un freno para él. Se sentía tan contento que incluso aprendió algunos modismos guayaquileños.
“Era un hombre muy preparado, que no había conocido la pobreza. Pero cuando llegó acá, nada de eso le importó. Nunca tuvo posturas, se mostraba como un ser humilde y sencillo y hasta aprendió a comer donde los ‘agachaditos’”, narró su cuñada.
Celia también resaltó con gozo cómo a él jamás le importó el dinero. Lo único que valoraba eran las vivencias tan entrañables que compartía con ellos. Por eso, desde que se casó con Rocío visitaba Ecuador todos los fines de año.
En esta ocasión, llegó el 11 de diciembre y tenía planificado regresar a Europa el 8 de enero. Sin embargo, se topó con la muerte doce horas antes de emprender su viaje a Suiza, donde ostentaba el cargo de gerente general en la empresa Schneider Electric desde hacía ocho meses.
PARA SU ‘MAMÁ’
Víctor Dos Santos falleció con gran cantidad de sueños incumplidos. No solo anhelaba tener una casa en Ecuador, sino que también pretendía adquirir otra en tierras helvéticas. Además, había planificado un viaje a Europa para su suegra el próximo junio. Hasta le dejó comprado el pasaje para que su ‘mamá’ Celia, como la llamaba, pudiera visitarlos. Solo le faltaba efectuar los trámites necesarios para que obtuviera la visa.
Ese mismo boleto servirá hoy a Celia para acompañar a su hija y sus dos nietos hasta el país de residencia de estos, donde descansarán los restos de Víctor Manuel.
“FUISTE UN ÁNGEL EN LA TIERRA, AHORA LO ERES EN EL CIELO”
La familia Cabrera nunca olvidará los gratos momentos que compartió con Víctor Manuel. De ahí que su esposa no pudiera atender ayer a EXTRA. El dolor y la tristeza la han desbordado. No encuentra la manera de sentir consuelo en su corazón. Lo único que alcanzó a escribir en su muro de Facebook, al día siguiente de haber perdido a su esposo, fue un texto de resignación y agradecimiento al Señor.
“Solo quiero agradecer a Dios por haberme dado la oportunidad de amar a un hombre tan maravilloso como esposo, que me mostró el verdadero amor. Y aunque ya no está, me dejó dos hijos maravillosos que son una bendición. No entiendo qué pasó, pero sé que Dios tiene un plan. Porque es un Dios de amor”.
A los ojos de muchos, ambos habían dado forma al matrimonio perfecto. Así lo expuso -también en su muro- Thanny Cabrera, hermana de la viuda, con unas palabras cargadas de emotividad. “Es doloroso reconocer que ya no estás aquí. Hiciste feliz a mi hermana Rocío, la amaste como todo hombre debe amar a su esposa. Eras el príncipe azul que toda mujer sueña y la hiciste tu princesa. Le diste dos hermosos niños y trajiste solo bendiciones a nuestras vidas. Fuiste un ángel en la tierra, ahora lo eres en el cielo. Tú decías sin palabras que el amor existe, que la bondad y caballerosidad existen. Víctor, tus obras quedan, tu legado queda. Nos diste tu amor y te correspondimos, ahora Dios te ha llamado a su lado. Es difícil decirte adiós, porque a todos nos duele tu partida, porque tocaste nuestro corazón con tu nobleza. Tantos planes, tantos proyectos y sueños que ya no serán porque Dios tiene otro plan mejor, porque sus planes y tiempos son perfectos”, ensalzó.
Hoy estaba prevista la repatriación del cuerpo a Suiza. Pero el tormento de esta familia no llegará a su fin con el pertinente entierro. Porque aunque Celia, cuñada de Rocío, quiso dar las gracias a todas aquellas personas que los ayudaron en los trámites, exigió que las autoridades investiguen y sancionen a los responsables de la muerte.
En este sentido, hizo extensivo su pedido al presidente de la República, Rafael Correa, para que se intensifiquen los controles a las operadoras de turismo.