Teme por ella, pero más por su bebé. Nicole Zambrano intenta cubrir sus piernas por si algún mosquito aedes aegypti intenta picarla. Tiene 19 años y mes y medio de embarazo. Confiesa que se asustó cuando se enteró de la presencia del virus del Zika en el país.
Su madre, Sara Conde, la acompaña a su primer control prenatal. Aunque no viven juntas, la señora manifiesta que desde que supo que el zika puede afectar al bebé en camino, le aconseja a su hija que tenga cuidado. “Yo le estaba diciendo que eso estaba afectando a las mujeres encinta. Por eso, cada que vemos un mosquito nos preocupamos, porque recién comienza su embarazo”, añade.
Keiko Limones, en cambio, está a dos meses de dar a luz. Pero reconoce que también se preocupó cuando escuchó sobre este virus que se ha relacionado con la microcefalia, una enfermedad congénita que hace que los bebés nazcan con cerebros anormalmente pequeños.
“Me cuido más y evito los mosquitos. Echo insecticida día y noche en la casa”, asegura la futura madre, quien acepta que temió por su pequeño. “Gracias a Dios, hasta el momento mi embarazo va bien”, apunta.
Como ellas, cientos de madres redoblan precauciones ante la presencia del virus que, según informó el Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP), hasta el viernes pasado registraba 39 infectados; entre ellos una joven mujer embarazada en Quevedo.
“Yo me asusté, porque dicen que si se contagia el bebé puede salir enfermito con microcefalia”, refiere María Aguayo, quien tiene dos semanas más de gestación que Keiko.
Pero el temor y las precauciones no solo se viven en las provincias costeras.
Aunque en Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro se han registrado diez, trece, dos y un caso, respectivamente; otras localidades del país también han reportado infectados. De acuerdo al último informe del MSP, Galápagos registró un afectado; mientras que la región Sierra ha presentado once en Pichincha y uno en Azuay.
Silvia Chang, una gestante guayaquileña que trabaja en Quito, asegura que se siente tranquila de pasar más tiempo en la capital.
Aunque sabe que en la provincia de Pichincha se han reportado casos de zika, argumenta que su alivio se debe a que no existe presencia de mosquitos por el frío. “No he salido mucho. Paso más en casa cuando estoy acá”, agrega.
En Loja, donde aún no se han reportado casos del virus, Daysi Jaramillo, de ocho meses de gestación, igual toma precauciones. “Me han dicho que tengo que prevenir que me pique el mosquito y al momento de dormir, poner las ventanas con malla o cerrar bien. Poner toldos para que no entren, cambiar el agua de la cisterna y botar los baldes con agua empozada para que no se reproduzca”, enumera.
Asimismo relata que le han sugerido no viajar a cantones de la Costa o de clima caluroso y húmedo como Catamayo, para evitar complicaciones y que “en caso de hacerlo, debo usar repelente y blusas de manga larga para evitar que me piquen”.
“El resultado será más grave mientras más temprano ocurra”Mercedes Ortiz, pediatra neonatóloga de la Maternidad Enrique Sotomayor, afirma que “todas las gestantes que llegan a la institución preguntan qué pueden hacer para evitar que sus niños se infecten con el virus del Zika”.
El interés aumentó cuando se hizo público que en Brasil descubrieron una relación entre afectadas por zika y el nacimiento de bebés con malformaciones, especialmente la microcefalia.
“El riesgo en el feto dependerá del momento de infección. El resultado será más grave mientras más temprano ocurra la infección”, advierte Ortiz.
“Si sucede en el primer trimestre, el virus afectará el mejor momento del embrión, durante la formación de los órganos, entre estos el tubo neural”, explica.
“En los tres trimestres del embarazo hacemos una revisión en búsqueda de malformaciones y otras patologías que afecten al feto”, indica la especialista.
“Las ecografías en el primer trimestre sirven para evaluar el estado del embrión. En el segundo trimestre constatan si los órganos formados cumplieron con su periodo de organogénesis; y en el último trimestre evalúan la formación de todo los órganos”, detalla.
Ortiz revela que el año pasado, de un aproximado de 23.460 bebés, solo cuatro nacieron con microcefalia por otros factores como toxoplasmosis y citomegalovirus.
Por ese motivo espera que la incidencia de la microcefalia no aumente a causa del zika ya que, aunque no se trata de una enfermedad mortal, “es una patología para toda la vida” que puede desencadenar trastornos auditivos, visuales, de lenguaje, de aprendizaje, retardo mental y convulsiones.
“La mejor medida es evitar los criaderos del vector. Es una tarea que no es solo de competencia gubernamental. La fumigación solo elimina al mosco adulto, pero las larvas y las pupas se depositan en las superficies de cisternas, maceteros e incluso en los exteriores de las paredes de la casa”, alerta.
RECUERDEEl Ministerio de Salud Pública del Ecuador recomienda:
Tapar bien, cepillar y lavar los tanques, cada vez que se cambie el agua.
Utilizar el larvicida de acuerdo a las indicaciones del personal del MSP.
Eliminar recipientes que puedan acumular agua como llantas, botellas y otros.
Usar prendas con manga larga, y pantalones.
Utilizar repelente indicado para mujeres embarazadas.
Usar toldos.
Mantener las puertas y ventanas cerradas.
Usar mallas finas en puertas y ventanas.
Carnaval con repelente en Brasil
Río de Janeiro, Brasil (AFP)Ni el mosquito que contagia el zika tiene la fuerza suficiente para aguar la mayor fiesta al aire libre del mundo, el Carnaval de Río y sus apoteósicos desfiles que comenzaron ayer en el sambódromo.
El Carnaval sigue campante su curso ignorando las advertencias de que quizás el virus del Zika, contagiado por el mosquito aedes aegypti, pueda ser también transmitido de persona a persona por vía sexual, saliva u orina, aunque nada ha sido confirmado hasta ahora.
El primero de los dos días de desfiles de las 12 mejores escuelas de samba de Río que disputarán el título de campeona del carnaval, comenzó a las 21:30 ante 70.000 espectadores.
Muchos se habrán embadurnado en espráis y cremas antimosquitos, cuyas ventas han subido ocho veces en relación al año pasado, dijo Paulo Guerra, el portavoz de los Laboratorios Osler que fabrican un tipo de repelente.
La mayoría de los cinco millones de fiesteros -incluido un millón de turistas- que asaltan desde hace dos semanas las calles de Río a ritmo de samba, cerveza y muchos besos en el carnaval callejero no parecen estar preocupados en lo más mínimo por el zika, que acapara las portadas de la prensa internacional.
Pero las autoridades prefieren no correr riesgos en el ‘Templo de la samba’, y unos 15 fumigadores de la Alcaldía fueron los primeros en desfilar hace 10 días por los 700 metros de la avenida Sapucaí que atraviesa el sambódromo, ataviados con máscaras de gas y trajes amarillos para eliminar el mosquito vector del mal.