El ir y venir de ejecutivos, empresarios, empleados, trabajadores y visitantes que acuden a diario al edificio del Centro Empresarial Las Cámaras cambió ayer drásticamente.
En lugar de ellos, más bien hubo un continuo movimiento de personal policial, del Cuerpo de Bomberos, agentes de Criminalística, quienes en conjunto realizaban un peritaje en el inmueble para determinar las causas del incendio que se registró ayer por la tarde y que dejó como saldo tres muertos y varios asfixiados.
Las puertas de acceso al edificio fueron cerradas. Cintas de seguridad bloquearon el acceso de quienes allí laboran y de los medios de comunicación.
Así se mantuvo hasta las 13:00 en que, una vez finalizado el peritaje, se permitió que los empleados ingresen en pequeños grupos para recoger sus pertenencias.
La tarea comenzó a las 08:00 con ocho equipos de Criminalística y dos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).
Aún no se conocen las causas del incendio que, se presume, comenzó en el subsuelo 2 del edificio, aunque esta versión es rechazada por el presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, José Centeno Abad.
“Discrepo de eso, porque de haber sido así hubieran explotado los tanques de diésel que abastecen a los generadores de energía eléctrica”, aseguró.
Sin embargo, dijo que el pánico se apoderó de las personas y eso fue lo que originó los fatales desenlaces.
Sobre la falta de preparación de quienes laboran en el edificio, el jefe policial Marcelo Tobar aclaró que sí se han realizado simulacros de evacuaciones, “tanto es así que algunas personas creyeron que las alarmas que sonaron eran consecuencia de otro simulacro y no lo tomaron como real”.
La torre A, donde se produjo el incendio, está constituida por el sótano (donde se encuentran la casa de máquinas, el comedor y salones de eventos); la planta baja, el mezzanine (allí funciona una dependencia del IESS), en el primer piso están las oficinas de la empresa LAN.
En el segundo y tercer piso funcionan las oficinas de la Cámara de Comercio de Guayaquil, el cuarto y quinto piso, la Cámara de Industrias; el sexto las oficinas de LG y el séptimo piso, la Cámara de la Construcción.
En la parte posterior se encuentran las escaleras eléctricas que, durante el incidente, se encontraban llenas de humo. “Todos podemos acceder a las escaleras, lo que pasa es que las puertas tienen un seguro y abren de adentro hacia afuera con una tarjeta que tenemos los empleados”, explicó Luis Villa, empleado de la Cámara de la Construcción.
Agregó que debido al cortocircuito las puertas se abrieron y el humo penetró a esa área “todo apestaba”, dijo.
Martín Cucalón, jefe del Cuerpo de Bomberos, indicó que el edificio cuenta con las normas de seguridad vigentes y lo que pudo fallar fueron los planes de evacuación. “Son incidentes o accidentes que se pueden presentar en cualquier parte del mundo”, sostuvo.
Jorge Jaramillo, director de Acción Social del Colegio de Ingenieros Eléctricos, señaló que “posiblemente la falta de mantenimiento periódico, de revisión constante en el sistema eléctrico, pudo ocasionar esta desgracia.
Según experto en contingencias el pánico agravó la situación
Para Luis Lazo Pacheco, miembro de la Sociedad Ecuatoriana de Contingencias, lo ocurrido en el edificio Las Cámaras se debió a que no hubo una planificación en prevención. Eso se explica el por qué las personas entraron en pánico.
También cuestionó que no se haya utilizado de forma correcta las escaleras de escape, que debió haber sido la ruta ideal para evitar desgracias.
“Es importante que todos los edificios tengan los implementos para hacer frente a estos problemas, como mangueras, extintores, hachas. En Guayaquil existen varios edificios que ni siquiera cuentan con escaleras de incendios”, alertó.
Además, dijo que no importa el tipo de humo si es negro o gris, ya que igual produce CO2 y extingue el oxígeno, lo que al ser inhalado por las personas les produce hipoxia cerebral y, en consecuencia, la pérdida de conocimiento y hasta la muerte.