Los constantes enfrentamientos verbales y físicos entre una pareja de esposos por poco termina en luto.
Esta vez, supuestamente durante un forcejeo entre ambos, él resultó con una puñalada en el pulmón, que hoy lo mantiene asilado en el hospital Guayaquil.
La sospechosa fue apresada y trasladada a la Fiscalía, donde tras la audiencia de flagrancia el juez de turno ordenó su prisión preventiva.
Pese a que el herido Carlos Llongo Paguay denunció a los agentes, que acudieron en su auxilio, que fue su mujer Éricka Merchán Salazar quien le propinó la puñalada, su hermana Blanca Llongo manifestó que no presentaría ninguna denuncia en contra de su cuñada.
Según el testimonio de la detenida, todo empezó porque ella le reclamó a su marido sobre unas llamadas telefónicas que le hacía una mujer con la que él tuvo relaciones sentimentales.
Como las llamadas eran constantes, se cansó de esa situación y lo recriminó. Él se molestó y ella para evitar que “la discusión llegue a mayores” salió ofuscada de su domicilio en Sauces IV, con dirección a un bar, donde se tomó unas cervezas. En ese sitio se le acercó un travesti, quien la invitó un vaso de cerveza. Ella se lo tomó y desde ese momento no recuerda más nada, hasta que se despertó en una ambulancia en donde los paramédicos le brindaban los primeros auxilios.
Los agentes la llevaron a su casa, donde la recibió su marido enojado y reclamándole el porqué llegaba a la madrugada.
“Me gritaba que si yo tenía algún amante y pretendió agredirme delante de mis hijos y en eso mi cónyuge tomó un cuchillo de cocina e intentó agredirme. En el forcejeo me iba lastimando mi estómago”, relató.
En esas circunstancias, de un momento a otro, narró la mujer, él gritó y cuando lo vio estaba ensangrentado en la espalda. “Yo quise agarrarlo para ayudarlo, pero no se dejó y lo que hizo fue salir al balcón del departamento y pedir auxilio y en esos momentos circulaba una patrulla de la Policía”, cuyos policías subieron a verificar lo que ocurría.
Merchán recalcó, más de una vez, que nunca fue su intención herirlo. El parte policial señala que ellos llegaron al lugar de la agresión por el llamado de un grupo de personas que denunciaron que alguien en ese departamento pedía ayuda.
Al herido lo llevaron al hospital, mientras que a la sospechosa a la Policía Judicial.
Carlos Llongo y su esposa Éricka Merchán firmaron un acta, mediante la cual ellos se comprometían a respetarse y a no continuar con las hostilidades en el hogar. El juez ordenó la detención de la mujer por delito contra la vida.