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Se curaron los dientes y asaltaron al odontólogo

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Llegaron el domingo con el cuento que les curaran varias piezas dentales. Eran dos los desconocidos y aparentaban buena presencia.
Luego de pagar por el trabajo le  expresaron al odontólogo que volverían porque otro familiar estaba interesado en confeccionarse una placa dental.
El miércoles, la pareja llegó con el supuesto interesado. Se mostraban angustiados por entrar al consultorio del doctor Édison Salazar, ubicado en la calle Principal y Segunda, de la parroquia Pascuales.
Pero el médico, como estaba con una paciente, les advirtió que no podían pasar hasta terminar el trabajo. Apenas salió la cliente, ellos entraron y sin pérdida de tiempo y sin mostrar ningún tipo de arma lo cogieron por el cuello y trataron de impedir que pida auxilio colocándole un trapo en la boca.
Luego lo amarraron con unas cintas plásticas de cierre hermético y lo llevaron hacia adentro.
Mientras dos trabajaban buscando lo de valor para robarse, el otro hacía el papel de campanero desde adentro del consultorio.
Durante los veinte minutos que estuvieron los tipos adentro del local rebuscando, insultaron, vejaron y golpearon a la víctima.
A lado la empleada de su farmacia, Beatriz Gutiérrez, solo escuchó un gemido, pero no le prestó atención porque pensó que se trataba de algún paciente que se quejaba de la curación.
Palpó y vivió el asalto cuando inesperadamente ingresó a la bodega, que da al consultorio, a ver una crema para venderle a un cliente.
En ese instante alguien por detrás le tapó la boca y también la amarró. Le pidió que no haga nada para salvar su vida y la lanzó al piso.
Los pillos se apoderaron de aproximadamente 10 mil dólares que estaban guardados en un cajón y que eran de la venta de medicinas y que además servirían para pagar a los proveedores de la mercadería farmacéutica.
También se llevaron tarjetas de recarga para celulares valoradas en 300 dólares. Los tres pillos huyeron en un carro negro, dejando abandonada en el sitio del asalto una pata de cabra y una camisa manchada con sangre de la víctima. El perjudicado hizo constar esta información en su denuncia.  (CCQ)



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