Francisco Xavier Quezada Chóez murió la madrugada de ayer luego de estrellar el carro que manejaba contra un paradero de la metrovía.
Más de 20 miembros del Cuerpo de Bomberos fueron necesarios para abrir las latas del viejo Lada negro, placa GIB-807, cuya fuerte estructura quedó doblada como acordeón y entre esos hierros quedó atrapado el cuerpo de Quezada.
Testigos aseguraron que vieron el auto bajar desde el paso a desnivel sobre la avenida Carlos Luis Plaza Dañín, hacía la av. de Las Américas, en dirección al norte. Sin detener la marcha el vehículo se impactó de frente contra un muro de concreto que tiene más de un metro de altura y forma parte del paradero en construcción situado en mitad del carril norte.
“Presumiblemente se durmió al volante”, declaró Xavier Córdoba, jefe de rescate del Cuerpo de Bomberos.
“Cuando llegamos encontramos al señor que no respiraba ni tenía signos vitales, por eso nuestro trabajo fue luchar por liberar el cadáver”, indicó Córdoba.
La parte frontal del auto terminó doblada hacia atrás y metida en la cabina del conductor. Esta situación provocó que el cuerpo de Quezada quedara atrapado y con fuertes golpes que le provocaron la muerte.
La masiva presencia de curiosos, que hicieron de todo por obtener una imagen con sus teléfonos celulares, complicó el trabajo de los bomberos, quienes debieron abrir paso entre la multitud para lograr su cometido.
“Este paradero se construyó en un lugar muy peligroso y no se toman las medidas necesarias para evitar accidentes”, se quejó Pablo Herrera, testigo del hecho.