Un horrible accidente ocurrió la mañana de ayer en una vivienda particular del sector La Morita, en el valle de Tumbaco, nororiente de Quito.
Eran aproximadamente las 10:00 cuando el Cuerpo de Bomberos recibió una llamada de emergencia para alertar sobre un terrible hecho.
Se trataba de Marco y Andrés Madrid, padre e hijo, de 45 y 23 años respectivamente.
La mañana de ayer, ellos fueron contratados para limpiar un pozo de agua en una casa del sector.
Según Moisés Ballesteros, subteniente de los Bomberos de Cumbayá, en el fondo del pozo había un motor eléctrico con el que normalmente se extraía el agua. “No era de esos pozos que se sacaba con balde, sino con motor”, dijo.
Aparentemente, lo que la pareja no se percató es que en el pozo aún quedaba un poco de agua y que esto, mezclado con la electricidad del motor, se convertiría en una trampa sin salida.
Ballesteros explicó que mientras ellos trabajaban recibieron un choque eléctrico que descargó energía sobre ambos.
La escena fue terrible y lo único que los vecinos lograron escuchar fueron los gritos de auxilio de una señora de la casa, en donde trabajaban las víctimas.
Nelly Guman, una de las moradoras del sector, manifestó que “la señora salió a la carrera y consternada decía que estaban muertos”.
En el barrio la gente miraba desde lejos aterrorizada, los bomberos corrían de lado a lado intentando rescatar a Marco y a Andrés.
“Cuando nosotros llegamos, vimos que el muchacho se ahogaba e inmediatamente procedimos a rescatarlo”, acotó Ballesteros.
Marco también fue atendido, pues sus síntomas mostraban inicios de hipotermia.
Lo que los uniformados presumen es que la pareja estuvo dentro del pozo aproximadamente por una hora. Sin embargo, se desconoce el tiempo desde que ocurrió la tragedia hasta que se dio la alerta.
Rosa Shumi, testigo del hecho, aseguró que las víctimas recibieron el choque eléctrico de doscientos voltios y que los bomberos y paramédicos intentaban insistentemente revivir a Andrés, pues sus signos vitales disminuían con el paso de los minutos.
Pozo profundo
Según los rescatistas, el pozo tenía aproximadamente una profundidad de noventa metros y un ancho de apenas diez, lo cual complicó el rescate de las personas.
“Atendimos rápido al joven porque su estado era crítico”, manifestó Ballesteros.
Dos ambulancias acudieron al sitio y se llevaron a los afectados. Los bomberos explicaron que el estado de Andrés era demasiado delicado y que su vida pendía de un hilo, pero aseguraron que cuando partieron del sitio ambos seguían con vida.
Las víctimas fueron trasladadas al hospital de los Valles, donde su estado es reservado.
Propiedad privada
En la vivienda donde ocurrió el accidente nadie quiso manifestarse, incluso solicitaron que los medios de comunicación no enfocaran el pozo, pues se trataba de una propiedad privada.