En el cantón La Concordia, en la provincia de Santo Domingo, Miriam Saltos Molina alista la inauguración de una farmacia para cumplir el anhelo de su hijo muerto hace cuatro meses y 10 días.
Poco antes de morir, madre e hijo acordaron instalar una farmacia. Ella sería la socia estratégica y él como administrador, pero ese sueño se vio interrumpido por un triste episodio.
Luis Rodolfo Salazar Saltos, conocido cariñosamente en el cantón como “Doctorcito”, por su trabajo en farmacias, fue hallado muerto el 11 de abril, a las 18:45, en el motel El Capitán, con un disparo en la frente, en la habitación 106.
La principal sospechosa del asesinato es la universitaria Karen Judith Rueda. El juez Adrián Bonilla Morales, con fecha 31 de julio, después de la audiencia de formulación de cargos aceptó el pedido de la Fiscalía y ordenó prisión preventiva contra la procesada.
Karen Rueda, de 20 años, supuestamente mantenía una relación sentimental con la víctima. Sin embargo, el 23 de julio, ante el fiscal Diego Pérez, la sospechosa negó todo vínculo con el fallecido y señaló en su versión que la única vez que tomó contacto con Salazar fue porque le aplicó una inyección.
En su declaración, Rueda alegó que el día de la muerte de Luis Salazar tuvo clases en la universidad de 08:00 a 13:00.
Pero la triangulación de llamadas y la versión de testigos dicen lo contrario. Según el expediente, que contiene reportes de una telefónica celular y otros testimonios, un menor de edad que cobró el dinero por el alquiler de la habitación en el motel reconoció a la mujer y aseguró que se trata de Rueda.
La información policial sostiene que a las 12:15 del 11 de abril pasado una chica ingresó en una motocicleta color concho vino a la pensión de paso, ubicada en la vía a río Blanco, barrio San Agustín. El administrador y el jardinero la describen como una joven de tez blanca y cabello negro que utilizaba gafas.
Seguidamente lo hizo Salazar, con una diferencia de entre 10 y 15 minutos. A las 13:30, la mujer salió, llamó al recepcionista y le canceló diez dólares.
El administrador notó que el hombre se quedó en el cuarto y dejó pasar unas horas, hasta que a las 18:30, al ver que no salía, envió a su hijo para verificar lo que pasaba.
El adolescente encontró a la víctima sin vida por lo que cerró la habitación e inmediatamente avisó a la Policía.
Los agentes hallaron el cadáver en la cama de dos plazas y en ropa interior. Sobre el rostro tenía una camiseta y encima una almohada. Debajo del lavamanos hallaron una vaina calibre 9 milímetros. Según el informe de Criminalística, el disparo se realizó a cinco centímetros.
El 14 de mayo se realizó el reconocimiento de los hechos y el 25 de julio el fiscal a cargo del caso pidió al juez de turno día y hora para la audiencia de formulación de cargos. Las investigaciones señalan como sospechosa a Karen Rueda.
DEJA DOS HIJOS HUÉRFANOS
Luis Salazar dejó dos hijos huérfanos producto de dos compromisos. El de 12 años guarda las fotos de su padre en una computadora portátil de la que no se despega. Recuerda a su progenitor como un hombre cariñoso, que en todo momento estuvo pendiente de él. Junto a su abuela Miriam Saltos siguen el proceso.
La señora pide que den con el paradero de la sospechosa. “Solamente con su captura podemos aclarar el caso”, dijo y pidió la colaboración del Ministerio del Interior para que el crimen de su hijo no quede en la impunidad.