Cuatro sujetos llegaron ayer para “saludarlo”, conversaron por un momento y de repente lo acribillaron. Quienes estaban en el sitio salieron corriendo, mientras que el cadáver quedó tendido junto a una mesa de billar.
Testigos comenzaron a gritar que mataron al “Gato”, así conocían a Vicente Manuel Landázuri Peñafiel, de aproximadamente 35 años, según informó Giovanni Zambrano, el fiscal de turno.
El asesinato ocurrió en la manzana 1275, de la V etapa de la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil.
La autoridad también comentó que hubo al menos dos personas que reconocieron a los responsables del hecho y que uno de los testigos era el hijo del occiso, quien es menor de edad.
Familiares del fallecido recordaron que hace más de diez años quisieron matar a Landázuri Peñafiel, por eso viajó a la urbe porteña para reiniciar su vida.
Los parientes aseguraron que el criminal fue alias “Choclo”, quien sería contratado por unos parientes de la víctima.
Conversó con
sus “verdugos”
Cerca de las 13:00, Vicente Manuel llegó a un billar para observar cómo jugaban y beber con unos amigos, según contaron los testigos. Media hora más tarde, cuatro sujetos que se movilizaban en una camioneta gris, doble cabina, entraron al sitio.
“Estuvieron conversando un rato. Esos tipos llegaron a saludarlo, pero después se quedó solo con uno, quien le disparó a los pocos minutos. Le pegó como cinco balazos y huyó con los otros sujetos en el vehículo”, mencionó un lugareño.
Rocío, una hermana de Landázuri, señaló que el asesino de su hermano fue alias “Choclo”.
Lo “cazaban”
La consanguínea contó que “hace diez años mi hermano viajó a Guayaquil porque unos primos lo querían matar. No sé cuál fue la razón. Creo que fue porque Vicente no se ‘dejaba ver la cara’”.
La pariente manifestó que, antes de viajar a la urbe porteña, la víctima habitaba con su familia en el sector Piñal, del cantón Santa Lucía, en la provincia del Guayas.
Cuidaba el sector
Un morador mencionó que “el ‘Gato’ era una persona tranquila y cuidaba el sector. Quienes vivimos por aquí sospechamos que tal vez lo mató algún pillo que le tenía bronca”.
Tras el levantamiento del cadáver, el fiscal Zambrano informó que “la víctima tenía tres disparos: en el maxilar derecho, en el parietal (parte posterior del cráneo) y en el antebrazo. Encontramos casquillos de balas calibre 38. Presumimos que se trató de un ajuste de cuentas. La gente que miró el crimen no quiere colaborar con información. La escena fue adulterada, pues han lavado casi todo”.