La Unión, del cantón Quinindé, provincia de Esmeraldas, se tiñó de nuevo de sangre. En 24 horas cuatro personas murieron acribilladas, dejando “en rojo” las estadísticas policiales.
El primer caso sucedió en el sitio Chemere, en la vía Playa del Muerto, a un costado de la parroquia La Unión. Según el reporte policial, el sitio colinda con Esmeraldas, Santo Domingo y un río separa a la provincia de Manabí.
Las vías de acceso son complejas y, según los propios lugareños, solo en verano puede entrarse. No obstante el “brazo de la muerte” llegó y causó terror entre los habitantes de esta zona.
De acuerdo al informe de los agentes de la Policía Judicial, este caso sucedió la tarde del miércoles, pero nadie informó y recién el jueves los uniformados tomaron procedimiento.
Según el documento policial, Manuel Augusto Guerrero Zambrano, de 67 años, y su hijo Pedro Pablo Guerrero Amaráuz, de 38 años, estaban en su finca dedicados a labores agrícolas.
Ambos sudaban “la gota gorda” en medio de un canicular sol. A lo lejos vieron avanzar una motocicleta y sin sospechar que eran un “comando de sicarios” salieron a darles encuentro.
Los primeros disparos alcanzaron al adulto mayor, luego a su hijo y también cayó uno de los presuntos sicarios por el cruce de balas.
La paz y la quietud del sitio fueron invadidas por el llanto y el dolor de los deudos, quienes no daban crédito a semejante crueldad con el padre y su hijo.
SE LO LLEVARON A PEDERNALES
El cuerpo del motociclista que no fue identificado también quedó tendido a orillas del río Dógola y más tarde fue trasladado al cantón Pedernales en medio de un total hermetismo.
Las causas del doble crimen son un misterio para los agentes de Quinindé, quienes enviaron a sus mejores hombres para la investigación del delicado caso.
Por la forma cómo se cometieron estos crímenes, la Policía presume que se trate de una venganza o ajuste de cuentas.
Cual sea el motivo, lo cierto es que la sangre corrió por las calles de esta parroquia del cantón Quinindé y a más de uno tiene con los “pelos de punta”.
No pudo escapar de sus sicarios
Como si fuera poco y cuando los agentes llegaban cansados de la travesía que les significó llegar al sitio Chemere, otra novedad los detuvo en la parroquia La Unión.
“Es lamentable, pero la violencia está imparable en la parroquia La Unión”, comentó un agente y efectivamente se evidenció con el asesinato de Ángel Marcelo Gaybor Cevallos, de 36 años.
El caso se dio en las calles Luis Vargas Torres y Cuenca, cerca del Cuerpo de Bomberos, en la propia casa del fallecido.
Se conoció que Ángel identificó a los sicarios y trató de correr, pero las balas lo alcanzaron en las piernas y cayó al suelo, seguidamente fue rematado a tiros ante el silencio de uno que otro testigo, quien prefirió llamar anónimamente a la Policía e informar el caso.