“Quisiera hacerme dos”, dijo Jéssica Figueroa, joven porteña, de 25 años, quien a las 22:00 aún no sabía cómo hacer para ver a Jerry Rivera en Sauces 8 y a Tito Rojas en Machala y Gómez Rendón, ambos eventos empezaban a la misma hora, el uno auspiciado por el Municipio y el otro por el Gobierno Nacional.
Jorge Meléndez, por su parte, hizo fila desde temprano para ver a la trilogía del rock en la Feria de Durán y corear a todo pulmón Auto rojo, con Vilma Palma y Vampiros.
Y es que las fiestas de Guayaquil se vivieron a todo rigor.
En Sauces 8, el primero en salir a escena fue David Bisbal, quien se metió al público desde el inicio. El artista cantó temas como Esta ausencia y Dígale, la cual fue cantada íntegramente por el público. En medio de este furor, cuando el reloj marcaba las 22:10, ¡zas!, un apagón.
El corte de luz duró unos quince minutos, tiempo en el que “agarra todo” se puso de moda. “¡Ayyy!, saque esa mano”, era el grito que más se escuchaba, hasta que una guerra a “botellazo limpio” cambió el humor el show. La Policía actuó y afortunadamente estos malos individuos no dañaron el espectáculo, aunque la misma escena se repitió tiempo después.
Bisbal volvió a la tarima y terminó su show sin cantar Bulerías para descontento del público. Luego llegó Jerry Rivera, quien hizo enloquecer a las fans. “¡Qué cuerpo, qué voz, qué pompis!” gritaba Celeste, una reportera que no se aguantó las ganas de lanzarle besos y piropos. El boricua usó gafas y chaqueta que solo las sacó con el tema Cara de niño. Además interpretó Solo pienso en ti, tema de Guillermo Dávila, así como Casi un hechizo, Amores como el nuestro, Esa niña, entre otros.
El concierto salsero de Tito Rojas fue una locura, su sola presencia en el escenario provocó una lluvia de aplausos ensordecedores desde la altura de Gómez Rendón, hasta la calle Huancavilca. El público estaba en su salsa y bailó cada uno de sus temas, mientras que muchos querían tomarse fotos con él. Su canción Dime si eres feliz hizo delirar al público que a ratos tenía que hacerse un espacio entre la “cortina de humo verde” que invadía el ambiente. Punto aparte fue cuando Galy Galeano, a quien se le notan los años, cantó En un viejo motel. Más de una derramó lágrimas al recordar a aquel desgraciado que le rompió el corazón y ...algo más.
En la feria, el rock estuvo en su punto. Los Enanitos verdes, Vilma Palma y Jorge González, pese a los años, cantaron como los dioses. El concierto, dirigido para la generación de fines de los 80 e inicios de los 90, reunió a treintones y cuarentones que evocaron temas de su adolescencia.
Al final cansados, pero contentos, Jéssica y Jorge, como miles de otros porteños, gritaban un “Viva Guayaquil” para luego irse a dormir.