El velorio de Julio César Guarderas Cortés se convirtió en una trampa mortal para dos de sus amigos, pues dos sujetos que se movilizaban en una moto llegaron para matar a uno de ellos y al huir hirieron a otro.
El hecho ocurrió en la ciudadela Carlos Alvarado, cerca del cementerio de Babahoyo (Los Ríos), en la vivienda de Guarderas, de 23 años, quien falleció la tarde del pasado domingo en un accidente de tránsito en la vía Montalvo-Balsapamba, donde un menor de edad también perdió la vida.
Las víctimas de la balacera fueron identificadas como Simón Vicente Pérez Tapia, de 23 años, alias “Cheo”, quien falleció en el lugar; y Nilo Bidal Palma Rodríguez, de 20, quien pereció en Guayaquil.
En el hecho todos intentaron buscar un sitio para esconderse, incluido un guardia de seguridad del sector.
Tras lo ocurrido, la Policía armó un operativo para dar con el paradero de los responsables, pero los resultados fueron negativos.
Escena de terror
El ambiente de tristeza que se vivía en la avenida Jorge Villegas y Novena peatonal se transformó en una escena de terror cuando aparecieron los asesinos.
Gritos de gente desesperada y mujeres desmayadas fue lo que se observó en el lugar. Otros se arrastraban y trataban de refugiarse debajo de las sillas para que los proyectiles no los impacten. Según los testigos, parecía una película de acción.
Un guardia que rondaba el sector también corrió para ponerse a buen recaudo. Eran las 00:10 de ayer y quienes habitan en el sitio se despertaron al escuchar las quince detonaciones de un arma de fuego que cargaban los matones.
Al asomarse vieron una escena espeluznante: jóvenes que lloraban del susto y dos tipos que se alejaban en una motocicleta sin que nadie los siguiera. Al velatorio acudieron cerca de 300 personas, pero se retiraron inmediatamente porque consideraban que sus vidas estaban en peligro.
Consecuencia
Como consecuencia del hecho, dos chicos murieron. Vicente Pérez falleció en el lugar. Tenía tres impactos de balas: uno en el cuello, otro en una de sus orejas y en la sien. Su cuerpo quedó tendido a escasos veinte metros del velorio.
A poca distancia de “Cheo”, Nilo Palma estaba herido. Sus familiares lo trasladaron a la urbe porteña, pero dejó de existir y sus restos fueron llevados al anfiteatro de Medicina Legal.
Era hijo único
Palma Rodríguez cursaba el segundo año de agronomía, según contó una de sus tías fuera de la morgue. “Nilo era un chico inteligente. Él perdió a su padre cuando tenía tres meses y vivía solo con su madre, era hijo único”, mencionó la pariente. La allegada agregó que “hace un mes mi sobrino cumplió sus veinte años. Esperamos justicia”. (GFR / SCM))
“Alteraron la escena”
Los agentes de la Policía que atendieron la emergencia informaron que la escena del crimen fue alterada por la gente y por eso se perdieron algunos indicios.
Los investigadores acotaron que el cuerpo de “Cheo” fue llevado a la morgue por los presentes antes de que ellos llegaran.
Luego los gendarmes tomaron versiones de la gente y organizaron un operativo de captura de los criminales, pero ellos “se hicieron humo”.
Antecedentes
Según la Policía, Simón Vicente Pérez registraba antecedentes penales por asalto y se lo vinculaba en el robo a una distribuidora de bebidas y a una cooperativa de buses de la capital fluminense.
Además, según los registros, presuntamente agredió al ciudadano Kléber Antonio Lamilla y estuvo involucrado en la muerte de Yazmani Roberto Cruz Iperti.
“Cheo” también fue detenido en abril del 2011, pero salió a las pocas semanas. En diciembre de ese mismo año lo atraparon nuevamente y recobró su libertad en marzo del 2012.