“No daré ni una paso atrás, viva o muera, me voy para encontrarme con mi marido Claudio”, habría dicho María Inés Muñoz de 24 años, nativa de Cañar, quien junto a su vecino Luis Aristo Calle Inga, de 22, murieron ahogados en el río Bravo, en Laredo, Tamaulipas-México, en su intento por cruzar hacia Estados Unidos.Una vecina que los acompañaba, Aidé Flores, de 26 años, se salvó.Fue el 14 de octubre, dijo Darwin Calle, cuñado de María, cuando “ella se despidió de su pequeña, de 4 años. Nada podíamos hacer para que se quede, quería juntarse con su esposo que desde hace tres años emigró a Nueva York. Viva o muera, me voy, nos repitió”, aseguró Darwin con palabras entrecortadas.El pariente de la víctima no supo explicar cómo inició el viaje y fueron los preparativos, simplemente refirió que María no pudo cumplir su sueño y queda una nena sin madre y con un padre en el exterior.A unos doscientos metros de la vivienda de María, en el poblado de Malal, a una hora del centro cantonal de Cañar, otra familia llora la pérdida de su pariente. En casa de Luis Ariosto Calle Inga sus hermanos menores Carlos y Noemí no dejaron de mirar una fotografía ajada y antigua de Luis, el tercero de seis ñaños.“Esto es lo que nos queda, se fue sin decirnos nada, llamó hace ocho días desde México y hoy esa voz ha apagado. Deja a su esposa Teresa, de 21 años, con una niña de 3 años y otro bebé por venir, ella tiene siete meses de embarazo”, explicó Noemí.“Nos dejó, no sabemos nada más”, refirió Carlos.SobrevivienteA dos kilómetros del recinto, Esther Jima llora por lo ocurrido pero con un desenlace distinto. Su nuera, Aidé Flores, se salvó al ser auxiliada por un pescador que la rescató.“La pobreza la obligó a endeudarse con dieciséis mil dólares y emprendió viaje con sus vecinos para encontrarse con mi hijo Wilmer Efraín, quien hace unos cuatro meses se fue para Estados Unidos, también dejando una deuda”, explicó Esther.La mujer no identificó a quién pago ni cómo se preparó el viaje; “que Dios los tenga en su gloria a Luis y María y que mi nuera pueda retornar pronto junto a su hija que me la dejó encargada”, concluyó Esther.CIEN HABITANTESMalal es un pequeño recinto con no más de unos cien habitantes, todos dedicados a la agricultura y a la ganadería. Su vía de acceso está en precarias condiciones, es de tierra y muy agosta.La pobreza y la humildad reinan en este territorio donde solo dos veces al día tienen transporte público, a través de la empresa Rutas Cañaris, cuyas unidades salen a las 05:00 y en la tarde a las 14:00.UN CUERPOHasta ayer al mediodía se difundió en un medio de Tamaulipas que el cuerpo de María Muñoz había sido rescatado del río.Aidé Flores se encuentra en el albergue para migrantes a órdenes de las autoridades de migración de México.EN ESCUELAUn poco más abajo, en la escuela Minas de Oro, las maestras conocieron de la tragedia la tarde de este miércoles. Entre el grupo estaba una prima hermana de María Muñoz, Silvia Calle Calva.“No puede ser, mi prima se fue en busca de mejorar su condición económica y ahora se ha ido para siempre”, exclamó Silvia.La directora de la escuela, Rafaela Guamán, no pudo contener el llanto y dijo que María fue la tesorera del comité de padres de familia del centro educativo.“Ella ha partido al más allá, la recordaremos siempre como buena madre que fue y apoyaremos a la pequeña junto a sus abuelos”, expresó Rafaela.