Estaba entre las últimas gradas de la tribuna en el estadio Bellavista. Llegó acompañada de varios amigos con quienes desde que estuvieron dentro hasta que terminó el partido entre Macará y Barcelona no paró de apoyar a su equipo.
Cantaba, se sentaba, fumaba un cigarrillo, pero no paraba de alentar al elenco “amarillo”. La joven guayaquileña hizo de todo hasta conseguir el abrazo del arquero Máximo Banguera.
En el primer tiempo los goles no llegaban y estaba sentada en las gradas, pero sin dejar de cantar. Para los otros 45 minutos del segundo tiempo se levantó y se prendió de las mallas hasta que el árbitro dio el pitazo final.
Gritó con el alma los goles e incluso los utileros del Barcelona le dieron agua para que nuevamente tenga energías y apoye al equipo.
SALTÓ LAS MALLAS
Lo que nadie imaginó es que esta jovencita hincha del equipo “canario” cumpla su sueño de la manera más loca. Pidió ayuda a dos muchachas que estaban cerca de ella y se trepó las mallas. No tuvo miedo de caerse ni de lastimar su cuerpo.
Cuando estaba a punto de caer al gramado su camiseta amarilla se quedó colgada entre los alambres, pero sus amigas la ayudaron a aflojarse. No le importó que se le vea el brassier rojo, ni que la gente la fotografiara. Ella saltó y corrió hasta abrazar al arquero. Esa es la pasión del hincha “amarillo” que hace hasta lo imposible por estar cerca de sus ídolos.
SE QUEDARON AFUERA
“Pagué hasta a los revendedores con tal de ingresar con mi familia. Vengo de Latacunga y soy barcelonista. Es injusto que vendan tantas entradas si no tienen la capacidad”, reclamó Susana Chávez, fuera del estadio Bellavista, de Ambato. Llegó con sus hijos y esposo con la finalidad de ponerse a la cola e ingresar a la general del estadio. Fue imposible. A las 11:00 no pudo ingresar. Así como ella alrededor de 5 mil hinchas no lograron entrar.
LO TUVIERON ASUSTADO
Los hinchas no perdían la esperanza de ingresar hasta en el segundo tiempo. David Echeverría manifestó que esperaba hasta que se abrieran las puertas en el segundo tiempo y así lo hizo y pudo celebrar los goles de su equipo.
Pero ante el caos que se originó el coronel Gustavo Terán, comandante de Tungurahua, y la Fiscalía exigieron a los dirigentes del Macará que estaban en palco que devolvieran el dinero a los hinchas.
“Tratamos de controlar a la gente, pero es irresponsable que se hayan vendido tantas entradas en un estadio con capacidad para 18 mil personas. Más de cinco mil hinchas se quedaron sin ingresar”, manifestó el teniente coronel Fidel Viteri, jefe de operaciones.
Los hermanos Antonio y Luis Noboa, directivos de Barcelona, mostraron su enojo por el abuso a los hinchas. Al final dijeron que este domingo, en el Monumental, celebrarán el triunfo y darán la vuelta olímpica.