Lo que iba a ser un día normal de clases para estudiantes de varias instituciones educativas se convirtió en una pesadilla cuando dos buses se impactaron y derrumbaron dos casas en el barrio Bellavista, parroquia de Caranqui, avenida Atahualpa y Nazacoto Puento.
El choque de los micros de servicio urbano de la cooperativa San Miguel de Ibarra ocasionaron la muerte de tres personas en Ibarra y lesiones a otros 22 individuos.
Las unidades, de placa PAO-030, y el otro, placa PZZ-022, circulaban con pasajeros, en su mayoría alumnos que se dirigían a clases cerca de las 06:55, pero el recorrido diario fue interrumpido abruptamente.
La tragedia se produjo cuando a medio camino las dos unidades se chocaron y por la fuerza del impacto derribaron dos viviendas del sector.
Una de las víctimas del aparatoso accidente fue Adriana Alceres Ipiales, de 18 años, quien transitaba por el lugar. Iba a clases y fue atropellada, murió en el acto.
La otra víctima fue Martín Luter Calderón, ayudante del bus PAO-030, que circulaba en sentido sur-norte.
Marco Tirira quedó atrapado en la carrocería de uno de los buses. Él murió pasado el mediodía de ayer en el quirófano del hospital San Vicente de Paúl.
En la mañana todo fue un caos. Después del fuerte impacto y los gritos de angustia siguieron los lamentos y la desesperación de los heridos y curiosos.
Los contusos también fueron llevados hasta la misma casa de salud por personal del Cuerpo de Bomberos que acudió con cinco ambulancias y el equipo de extricación para rescatar el cuerpo del chofer.
Jorge Arcos, jefe de la Unidad de Investigación de Accidentes de Tránsito (UIAT), mencionó que se investigan las causas del percance.
Hasta el mediodía trataban de conocer cómo se produjo el siniestro, donde uno de los buses derribó un poste de alumbrado público.
Mientras practicaban las autopsias a los tres fallecidos sus familiares comentaban sobre la tragedia en los exteriores de la morgue del San Vicente.
Los habitantes de una de las casas impactadas agradecían no haber estado, fueron a dejar a sus tres hijos a sus centros de estudios y cuando retornaron encontraron los graves daños.
Otra vecina sintió el impacto cuando estaba en su cama junto a su hijo de un año de edad. Enseguida le cayó encima partes del techo y de las paredes.
La abuela de la estudiante muerta criticó la irresponsabilidad de los conductores. Paradójicamente la chica caminaba por la vereda y el bus la atropelló.