Luego de la premiación “torera”, la celebración continuó en las calles. La procesión dominical a lo largo de la ciudadela Bellavista se repitió, una vez más, ahora con rumbo a Urdesa, donde la barra tenía organizada una fiesta de la forma que más le gusta: con puro rocanrol.
Desde las 16:00 habían fanáticos “amarillos” en la avenida Víctor Emilio Estrada y Las Monjas. Gente de todo estrato social, edad y personajes de la pantalla chica se unieron al festejo barcelonista.
Alrededor de las 18:30 abrieron el espectáculo Willy Wong and the Brothers, con canciones de rock clásico, que pusieron a brincar a propios y extraños. Posteriormente fue el turno para la joven banda guayaquileña Metal Factor, conformada por músicos barcelonistas que lucieron la camiseta oficial del equipo “canario”.
El chillido de las guitarras y los furibundos golpes de batería retumbaron los oídos varias cuadras a la redonda. Hubo quienes se fueron aturdidos, pero otros se quedaron atraídos por la música fuerte.
Aquí no hubo “ley seca” que se pueda controlar. La venta estaba prohibida, pero no el consumo. Así fue como aparecieron por todos lados botellas de cervezas, aguardiente y whisky. El aire no solo olía a caramelo, sino a licor.
El amor por el Ídolo es una llama encendida que no se apaga ni con la muerte, ya que hay quienes se la llevan consigo al más allá. Este fue uno de los mensajes que transmitió Dennis Mancero, barcelonista y miembro del legendario grupo Blaze, con su tema clásico Cancerbero. El plato fuerte llegó desde Cuenca, la banda Basca puso la cereza en el pastel “amarillo” y el delirio hizo que los fanáticos intenten subirse a la tarima. Aproximadamente a las 23:00 terminó el espectáculo artístico, pero no los cánticos de la hinchada. “Ídolo, cómo te explico cuánto te amo yo...” sonaba sin cesar a lo largo de la Víctor Emilio Estrada.