Solo faltaba Aladino y los 40 ladrones. La tarima fue transformada en un harén donde desfilaron sensuales bailarinas que con sus movimientos y cuerpos desnudos le subieron la testosterona a los presentes en esta noche de lujuria.
El night club El Imperio, del cantónDurán, celebró hace pocos días su quinto aniversario, con su tradicional concurso de tubo, o “pole dance” como dicen los más recatados, que en esta ocasión incluyó danza del vientre y mucha arena sobre el escenario. Los cuentos árabes de Las mil y una noches fueron la temática del certamen.
Seis guapas mujeres de diferentes puntos del país se pusieron sus trajes de odalisca para con sus sensuales movimientos de cadera y traseros volver locos a los asistentes.
“PÉLATE, PÉLATE”
Como preámbulo del concurso, otras señoritas calentaron los motores de los “chongueros” con sus bailes exóticos. “Mafer”, la campeona del evento en el 2011, brindó un show vestida de monja como para limpiar las almas de todos los pecadores presentes.
Luego de este aperitivo, al grito de “pélate, pélate”, lanzado por el público masculino, las concursantes presentaron sus coreografías agarrándose bien del caño y coqueteando con los “varonachos”, mientras se despojaban de sus diminutos trajes adornados con escarchas y bisutería.
Pero no solo los caballeros querían ser testigos de esa noche de fantasía, también hubo señoras que estuvieron presentes en este atrevido espectáculo; ya que en esta ocasión el certamen incluyó la participación de bailarines, quienes acompañaron a algunas de las soberanas del tubo.
“Mariposa”, una despampanante mujer, quien le debe su apodo a un tatuaje de este insecto que tiene en sus partes íntimas, fue una de las más aplaudidas. Su descomunal “pompis” causó sensación y algunos hombres intentaron saltar al escenario, creyéndose sultanes en harén, para tocar a esta señorita que llegó desde Santo Domingo de los Tsáchilas.
Algunos se sintieron como Rolando Laserie por aquello de “soy un pájaro herido, que llora solo en su nido porque no puede volar”, al ver la presentación de Soledad, una bella manabita que conquistó a los bohemios con su cuerpo escultural, piel de porcelana y ojos penetrantes como el seductor olor que salía de sus poros.
De hecho, al término de la gala erótica, la competencia era reñida entre ella y “Mariposa”. El público fue el jurado calificador y los aplausos y gritos fueron para las dos por igual.
Finalmente, la “Cachorra”, representante de El Gato night club, de Guayaquil, obtuvo el tercer lugar, una copa y 100 dólares; “Mariposa”, el segundo puesto, otra presea y USD 200; y Soledad, la gran odalisca de la noche, el gran trofeo y 500 dólares.
Los jóvenes y adultos alborotados no perdieron tiempo y cuando las ganadoras se bajaron del escenario ellos las buscaron para intentar enamorarlas y pedirles que sean parte de sus mil y una noches. Sin embargo, con premio y billete en mano, las bailarinas prefirieron irse a buscar a su Aladino. (CCE)