Hace aproximadamente 30 años, el barrio Cangahua Alto no ha contado con los servicios básicos por no estar legalizado ante el Municipio de Quito.
Los presidentes encargados de la vecindad han tratado de buscar ayuda en los medios de comunicación con el fin de tener una mejor calidad de vida para sus habitantes.
Este lugar surgió como un fragmento del barrio La Roldós, por lo que al principio todavía pertenecía a los predios del sitio. Sin embargo, las mismas personas que viven ahí decidieron separarse para fomentar por ellos mismos estabilidad económica y, por ende, laboral.
EL PROBLEMA
El puente inservible
Un puente lleva sin uso desde el año de su construcción.
En el periodo del expresidente Lucio Gutiérrez se inauguró este puente que une el lado norte con el lado sur de la calle Rumihurco con el fin de tapar el vacío que genera la quebrada. Sin embargo, la infraestructura nunca estuvo adecuada para los autos y menos para los habitantes.
Un espacio de más de dos metros separan el suelo de la base del puente, por tanto es imposible que un automóvil pueda hacer uso de la construcción.
Por la necesidad de trasladarse de un lugar a otro, los moradores utilizan el camino viejo, el cual causa problemas a los conductores porque es muy angosto.
Nazario Pojota Criollo, expresidente del barrio, indicó que el costo del viaducto fue de 42.000 dólares, pero aseguró que fue un gasto en vano, ya que no tiene ninguna utilidad.
Además del problema de la construcción, las calles están destruidas, pues no hay respuesta del Municipio para dar solución a este inconveniente, ya que el sector no está legalizado.
Se observa insalubridad a simple vista, pues a la entrada de la vecindad el cadáver de un perro reposaba sobre el camino.
EL PERSONAJE
La carbonera del lugar
Con las manos llenas de vitreno, Aída Cunalata, de 54 años, sostenía la carretilla en la que traslada todos los días el carbón que extrae desde un horno creado por ella misma.
Las madrugadas son de desvelo para esta mujer, quien debe levantarse a las 2:00 para sacar la madera de donde se obtiene el producto.
Lleva trabajando 30 años en esta labor y además de producir carbón utiliza sus manos para la agricultura.
En una gran extensión de terreno, la señora ha sembrado cebollas y papas, las cuales cosecha después de darles el cuidado necesario para tener un excelente producto.
Desde que nació ha sido parte del barrio Cangahua Alto, por lo que gran parte de los habitantes del lugar la conocen.
Aída indicó que a pesar de que su trabajo exige gran cantidad de esfuerzo, no quiere dejar la actividad que empezó desde que era una niña.
Tiene cuatro hijos, de los cuales tres ya no están bajo su protección y el último es quien le ayuda cuando dispone de tiempo, pues la señora ha querido darles educación a todos sus vástagos para que tengan un futuro diferente al de ella.
A pesar de los problemas y dificultades que enfrenta la población, espera que no se le “venga abajo” su trabajo y menos su salud.
LO BACÁN
Ellos mismos se transportan
Como el barrio se encuentra en la periferia, los mismos moradores han optado por ayudar a trabajadores y estudiantes, quienes todas las mañanas deben salir a realizar sus labores en el centro de la capital y no tienen ni burro.
No hay un sistema de transporte que llegue hasta Cangahua, por tanto los vecinos que cuentan con buses propios hacen recorridos desde la vecindad hasta la avenida Occidental, donde ya se puede tomar un autobús.
La unión ha permitido que los habitantes salgan adelante, ya que por el hecho de no estar legalizado, el barrio no cuenta ni con los servicios básicos, aunque la población no ha perdido el optimismo de continuar en la lucha para poder mejorar su calidad de vida.