La remoción de escombros no se detiene en Pueblo Nuevo, del cantón Ponce Enríquez, de la provincia del Azuay. En la intensa jornada de búsqueda, ayer recuperaron a otros cinco cuerpos, entre ellos de dos niños, fallecidos en el deslave del pasado jueves que sepultó un caserío de mineros.
A través de un comunicado Galo Sánchez, director de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, que preside el Comité de Operaciones Emergentes (COE) provincial en el cantón de Ponce Enríquez, confirmó que de las nuevas víctimas “tres son de sexo masculino, dos de las cuales aún no han sido identificadas y el otro es un niño identificado como Jackson Augusto Ordóñez Robles, de 8 años, y 2 personas de sexo femenino: Adriana de Jesús Robles Yaguachi, de 40 años, y Ainoa Samantha Ordóñez Robles, de 4 años, de nacionalidad ecuatoriana”.
Con estos suman 10 las víctimas mortales registradas en la emergencia producida por el macrodeslizamiento ocurrido la madrugada del jueves pasado.
Adicionalmente localizaron dos vehículos, una camioneta Ford 150, color blanco, de propiedad de Cori Ramos, y una retroexcavadora de la Sociedad Minera Pueblo Nuevo.
Adriana Robles Yaguachi tenía un bar-comedor a pocos metros de la construcción de dos pisos, donde funcionaba el área administrativa de la sociedad Pueblo Nuevo.
Ella estaba con sus hijos Fernanda Torres Robles, de 20 años; Jackson Augusto Ordóñez Robles, de 8, y Ainoa Samanta Ordóñez, de 4 años. Sus conocidos elevaban plegarias al cielo.
El deseo de hallarlos vivos declinó desde las 16:20 del viernes, cuando localizaron el cadáver de María Fernanda, bajo una enorme roca, a 4 metros de profundidad.
Los otros cuerpos que encontraron después cubiertos con lodo serían de su madre y dos hermanitos que estaban con ella.
DE LOJA
La familia en desgracia era proveniente de Loja, pero emigró en 1980 a Huaquillas y posteriormente en 1992 a Ponce Enríquez, donde anhelaban mejorar su situación económica, la mujer que quedó viuda estableció un negocio en el lugar del deslave.
Familiares de Huaquillas se habían integrado a la búsqueda.
“No quedó nada, ni siquiera rastros donde vivían mis hijos que me ayudaban para subsistir”, dijo Segundo Robles Ortega, de 89 años, padre y abuelo de las víctimas, acompañado de su esposa Teresa Yaguachi Romero, ellos residen en la ciudadela Luz y Vida, de Huaquillas,
“Al enterarnos del deslave en Bella Rica lo primero que hicimos fue llamar por celular a mi Adriana y mi Fernandita, pero no contestaron, desde ahí presentimos que se nos habían ido a la eternidad a esperarnos cuando Dios nos recoja”, agregó temblorosa la anciana.
El alcalde de Huaquillas, Manuel Aguirre Piedra, donó cuatro cofres mortuorios y facilitó el traslado al lugar del desastre.
El féretro con los restos de Fernanda llegó a Huaquillas cerca de la medianoche del viernes, sus abuelitos permanecían en vigilia, “la casa donde vivía mija Adriana y nietecitos está en el fango”.
Fernanda fue una agraciada chica de 20 años, nacida en Huaquillas y desde hace mucho tiempo radicada en Ponce Enríquez. En el 2011 fue Reina del Instituto Educativo Particular Bilingüe Divino Niño y candidata a reina del mencionado cantón.
El año anterior, en Quito, realizó el curso para policía, que era uno de sus sueños y alistaba maletas para viajar a continuar adiestrándose en dicha profesión.
Mientras velaban a la joven conocieron que se había localizado a los otros parientes. (BH-MM-JM)
Atención a damnificados
Cuarenta y seis personas, entre ellas dieciocho menores de edad, que lograron sobrevivir al deslave ocurrido en el sector minero de Pueblo Nuevo están en el albergue de la escuela El Diamante.
A estos damnificados se suman otros instalados en otro recinto que son contabilizados por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), quienes levantan información con la posibilidad de entregar bonos de emergencia en los casos críticos. Como primera fase de auxilio se entregaron colchones, cobijas, sábanas, almohadas, toldos, toallas y un kit de aseo.
“A través de acciones inmediatas, encabezadas por el gobernador del Azuay, Humberto Cordero, y la coordinación con diferentes ministerios, se ha priorizado la atención a las familias afectadas”, expresó Edmundo Villavicencio, coordinador de la zona 6 del MIES.
El equipo técnico del MIES, distrito Ponce Enríquez, fue a la zona afectada con el apoyo de profesionales del Centro de Atención Familiar de Santa Isabel, quienes evalúan la situación y brindan contención a las familias y apoyo sicosocial, agregó Villavicencio. (JM)
CIFRA INCIERTA
La tragedia ocurrida en la zona de Bella Rica, que afectó mayormente las instalaciones de la sociedad minera Pueblo Nuevo, es de tal magnitud que nadie puede confirmar con exactitud el número de desaparecidos.
La cifra obtenida con el referente de la mina afectada ha variado al consultar con sobrevivientes que salieron por propia cuenta y otros con ayuda de los rescatistas, quienes evitan ser identificados por temor a perder su trabajo.
El viernes la Secretaría de Gestión de Riesgos declaró la emergencia en el sitio Pueblo Nuevo, a fin de ejecutar acciones para precautelar la integridad física y prestar ayuda humanitaria a las familias afectadas, así como prevenir el acaecimiento de nuevas situaciones de emergencia.