La entrada al prostíbulo Blondi, situado entre la avenida Maldonado y calle Pujilí, sector de El Recreo, al sur de Quito, quedó teñida de sangre la noche del viernes, luego de que un hombre y una mujer recibieran varios impactos de balas en distintas partes del cuerpo.
Tendido en el piso, boca arriba, quedó el cadáver de Jairo Andrés Rodríguez, de 31 años, quien fue baleado por un desconocido que lo “cazó” en la puerta del centro nocturno que a las 22:00 estaba abarrotado de bohemios, quienes disfrutaban de la bebida, la música y los encantos de las trabajadoras sexuales.
En medio del bullicio de los trasnochadores, el alto volumen de las canciones y las tenues luces multicolores, dentro del night club todo era diversión, hasta que repentinamente el sonido de unos balazos alarmó a los que llegaron en busca de placer.
En medio del desconcierto y para evitar ser alcanzados por una bala, la mayoría de los concurrentes se lanzó al suelo y buscaba dónde esconderse, al igual que algunas de las jóvenes que corrían a refugiarse en sus habitaciones. Sin embargo, Carmen Narváez Tamayo, una de las mujeres que labora en el lugar, no alcanzó a protegerse y fue impactada por un proyectil en el estómago.
BALEADOS
Luego del tremendo susto que se llevaron todos los que se encontraban en el centro de diversión surgieron varias versiones del terrible crimen.
Personas que presenciaron el hecho comentaron que Jairo estaba dentro del local, cuando repentinamente le dijeron que afuera del lugar lo esperaba una persona conocida que quería hablar con él. Según aseguraron, el hombre salió y apenas cruzó el umbral de la puerta recibió tres tiros, uno en el rostro y dos tras uno de los oídos.
Aún con los nervios de punta varias personas afirmaban que el sujeto que disparó llegó hasta el sitio en una moto y sin temblarle la mano le disparó a Rodríguez.
Al escuchar el estruendo que se armó, mientras corrían, un disparo impactó a una trabajadora sexual en el estómago. La muchacha aún continuaba con vida cuando las autoridades y las ambulancias llegaron, pero las fuerzas no le acompañaron y mientras era trasladada hasta el Hospital del Sur dejó de existir.
Una mujer se acercó hasta el cadáver de Jairo y prendió unas velas para despedirlo, minutos más tarde llegaron los agentes deCriminalística y la ambulancia de la morgue para hacer el levantamiento del cadáver.
TODOS AFUERA Y CERRARON LAS PUERTAS
El doble hecho de sangre hizo que los administradores de los tres prostíbulos que funcionan entre la avenida Maldonado y Pujilí ordenaran a los empleados que hicieran salir a los clientes, así como a las trabajadoras sexuales, para cerrar las puertas de los locales de diversión y evitar dar versiones de lo sucedido para no tener contratiempos con la Policía.
Los agentes hallaron cuatro casquillos en las afueras del night club.
Hasta la mañana de ayer los cuerpos aún continuaban en la morgue de la capital. (HA)