Una mujer de 22 años trató de introducir al pabellón de máxima seguridad del Centro de Rehabilitación Social cuatro cuchillos. Pasó dos filtros y todo marchaba bien, hasta que en el tercero y último puesto de revisión una guía sintió que algo no estaba bien y ese presentimiento la llevó a pedirle a la muchacha que se agachara.
Esto le provocó cierta molestia y la uniformada confirmó su sospecha: tenía dentro de sus partes íntimas un paquete en forma de tubo, envuelto con varios preservativos, en el que ocultaba las armas.
Se trataba de cuchillos de mesa acerados y reducidos, de doble filo, de aproximadamente 15 centímetros cada uno.
Nelson Tipanguano, miembro del grupo especial Alpha, GEA, encargado de la seguridad del penal, expresó que el caso sucedió en el horario de visitas “y de no ser por la suspicacia de mis compañeros guías esos objetos cortopunzantes hubieran llegado a manos equivocadas”. A pesar de que no reveló el nombre del interno, mencionó que estarán atentos a la investigación.
El caso pasó a la Fiscalía, donde la autoridad, Jorge Ochoa, relacionó a cuatro personas, ya que Érica, la principal sospechosa, llegó en un automóvil Chevrolet Spark plata, placa AFV-746, supuestamente acompañada de Jessica Espinoza, Edwin Ismael Ochoa y Lauro Arévalo.
Érica y Mauro fueron trasladados a las oficinas de la Fiscalía, donde se receptaron sus versiones, al igual que las de Lauro y Jessica. La idea era que los detenidos no tengan oportunidad para cambiar su historia.
Érica, la mujer de los cuchillos en sus partes íntimas, en su declaración ante el fiscal Jorge Ochoa, manifestó que Jessica, Edwin y Lauro la recogieron en Cuenca para invitarla a pasear.
“En el trayecto Katherine Espinoza me dijo que si me meto algo en mis partes...”. Después, señaló la implicada, llegaron a Santo Domingo y se hospedaron en un hotel frente a la terminal terrestre.
“Cuando estábamos en el hotel ella (Jessica) me dijo que me meta unos cuchillos en mis partes y que me pagaría en Cuenca... Fuimos al baño y me los metió, pero estaban muy grandes... y los llevó a una vulcanizadora”, según la muchacha de 22 años, Jessica pagó dos dólares por el servicio.
“Ella me amenazó con que me los introduzca o que ya vería lo que me pasaría”. Ella aceptó y en el baño de la terminal terrestre concretaron la operación. La detenida afirmó que el destinatario de las armas sería Carlos Plúas. VARIAS HISTORIAS Por su parte Jessica Espinosa Tacuri expresó ser maestra de manualidades y que daba clases a los internos del Centro de Rehabilitación Social de Cuenca, donde afirma haber conocido a Henry Vera, quien fue trasladado a Santo Domingo.
“Vine a entregarle unos materiales y quise sacar los permisos para que continúe trabajando”, señaló Jessica, quien agregó que estuvo en la ciudad el 28 de febrero y que supuestamente pidió permiso a la directora de la cárcel para que ese reo continúe desarrollando sus destrezas artísticas.
Aseguró que Érica no es su amiga y que, según ella, la conoció porque estaba en el mismo vehículo en el que viajaba. Lo único que supo “es que Érica iba al pabellón de mediana seguridad y en la cárcel se enteró que ese interno ya no estaba ahí sino en la de máxima seguridad”.
Cuatro personas en total fueron detenidas y para la tarde de ayer estaba prevista la audiencia de formulación de cargos por asociación ilícita.