Un humilde hombre que durante muchos años se ganaba la vida vendiendo empanadas de queso y carne en el obelisco del monumento al Aguador, en Machala, fue asesinado la madrugada de ayer de un cartuchazo por no dejarse robar.
El crimen ocurrió a las 04:30, en circunstancia que Ernesto Porfirio Morocho Santos, de 40 años, quien en compañía de su mujer Mariana Rosario Enríquez empujaban una carretilla donde tenían adecuada la cocineta, la paila y el bolillo para preparar el producto. Estaban por llegar al lugar donde decenas de trabajadores, que eran sus clientes, llegan a esperar los buses para dirigirse a sus trabajos en bananeras de Machala y El Guabo.
De repente de un callejón en el barrio Sauces 1 salieron entre cuatro a cinco tipos afroecuatorianos, quienes bajo insultos y amenazas trataron de obligar a Ernesto Morocho que les entregue el dinero que llevaba para dar vuelto a sus comensales.
Testigos dijeron a la Policía que ante la negativa de la víctima estos se enfurecieron, por lo cual uno de los tipos caminó pocos pasos, dio media vuelta y disparó un cartuchazo por la espalda al pobre hombre. Herido de muerte en el pulmón la esposa lo llevó al hospital Teófilo Dávila de Machala, donde se comprobó su muerte.
Agentes de la Policía Judicial llegaron a la casa de salud a las 06:00 para hacer el levantamiento del cadáver, mientras los familiares fueron hacer las diligencias para adquirir el cofre y darle cristiana sepultura a su pariente, quien madrugó a trabajar como de costumbre, pero manos criminales lo mataron.
La viuda, quien lloraba la muerte de su marido, no hacía otra cosa que pedir justicia y que Dios le dé fuerza para enfrentar los momentos difíciles que le tocará vivir de ahora en adelante. (MM)