Édgar Romero, Daule (Guayas)
Apretaba y besaba el pequeño pie frío por el toque de la muerte. Las palabras que repetía Carlos conmovían hasta al más fuerte en la sala de emergencias del hospital Vicente Pino Morán, de Daule. “Hijo de mi corazón, por qué me dejas con este dolor tan grande”, sollozaba el papá, aferrado a la extremidad del cadáver de su niño, de 4 años.
El menor de edad presuntamente murió ahogado en una zanja llena de agua, cerca de su domicilio en la parroquia Laurel, de ese cantón guayasense.
Entre lágrimas, el progenitor contó que supuestamente su niño aprovechó que su mamá no estaba en casa -porque fue a comprar víveres- para salir a las 09:00 de ayer, aproximadamente, junto a sus hermanitos, de 7 y 10 años.
Supone que, como estaba lloviendo, los pequeños se emocionaron y quisieron jugar bajo la lluvia.
Al parecer, la criatura resbaló al surco, que es parte de una obra de alcantarillado, y se ahogó. Uno de sus hermanos gritó para que ayuden a su ñañito, y los moradores, junto a los bomberos sacaron al niño de la zanja, de aproximadamente metro y medio de profundidad.
Lo trasladaron hasta la casa de salud, pero los médicos solo comprobaron su deceso, relató el subteniente Andrés Valladares Changuan, jefe de control de la Policía de Daule.
Agentes de la dirección nacional de delitos contra la vida, muertes violentas, desaparición, extorsión y secuestro (Dinased) de Salitre junto al fiscal Martín Almeida, arribaron a dicha casa de salud para realizar las investigaciones y el levantamiento del cadáver, que fue trasladado a la morgue de Daule.
“Parte de mi vida se me va con mi hijo. Era el tercero y cumpliría 5 años el 22 de julio. Mi sueño de hacerle una pequeña reunión se fue para siempre”, se lamentaba el padre.
ASUMIRÁN LOS
GASTOS
Rosa Gallegos, vocera de la Municipalidad de Daule, asistió al lugar para asegurar que el contratista de la obra de alcantarillado asumirá los gastos funerales y la adquisición del féretro.
Después de los trámites de ley, ayer en la tarde fue retirado el ataúd del menor y fue llevado en una camioneta hacia su natal Laurel, para su velorio.
Apretaba y besaba el pequeño pie frío por el toque de la muerte. Las palabras que repetía Carlos conmovían hasta al más fuerte en la sala de emergencias del hospital Vicente Pino Morán, de Daule. “Hijo de mi corazón, por qué me dejas con este dolor tan grande”, sollozaba el papá, aferrado a la extremidad del cadáver de su niño, de 4 años.El menor de edad presuntamente murió ahogado en una zanja llena de agua, cerca de su domicilio en la parroquia Laurel, de ese cantón guayasense.