No deben esperar al momento de dar a luz para actuar. Las mujeres embarazadas que consumen ‘H’ necesitan ponerse en manos de profesionales médicos tan pronto como sea posible. El futuro bebé corre peligro, ya que puede desarrollar malformaciones y graves daños neurológicos.
Desde el año pasado, tal y como adelantó EXTRA ayer, la Maternidad Mariana de Jesús y el Instituto de Neurociencias ya han atendido a 68 niños que nacieron con el síndrome de abstinencia, debido a que sus progenitoras inhalaron el alcaloide durante la gestación.
1- El centro de salud La adicta puede llamar al 171 para concertar una cita en el centro de salud público que le corresponde.
Allí le realizan una evaluación médica y psicológica, le dan un diagnóstico y se pone en marcha un primer tratamiento, acorde a las complicaciones que padece. Todas las unidades operativas cuentan con un profesional médico y un psicólogo “preparados”, sostiene Omar Garay, responsable de Salud Mental en la Zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán).
2- Tratamiento intensivo En aquellos casos más graves, siempre y cuando la paciente haya llevado a cabo “al menos seis sesiones en su centro de salud”, se le prescribe un tratamiento intensivo, también de carácter ambulatorio.
Junto a la atención médica y psicológica, la madre y su familia reciben terapia individual, grupal y ocupacional. A diferencia de los centros de salud convencionales, donde las sesiones se programan una o dos veces por semana, en estos la atención es continua.
Guayaquil dispone de cuatro unidades especializadas:
Centro de Salud El Cisne II (calle 11 y la D).
Centro de Salud Santiago de Guayaquil, (calle M, entre la 43 y 44).
Centro de Salud Martha de Roldós (ciudadela Martha de Roldós, manzana 514, solar 7).
Centro de Salud de Atención Diferenciada al Adolescente (Durán, Ciudadela Ferroviaria 3, manzana P, solar 6).
3- El internamiento Actualmente, Ecuador solo cuenta con tres centros públicos de rehabilitación en funcionamiento.
41 camas se encuentran en el Centro Especializado en Tratamiento para Personas con Consumo Problemático de Alcohol u Otras Drogas (Cetad) de Quito. Este da cabida a mujeres y hombres adultos, así como a féminas adolescentes -no a varones que aún no han cumplido los 18-.
El resto se sitúa en Guayaquil: 25 en la Casa de Acogida Juan Elías, para chicos de 12 a 17 años, y 24 en un Cetad destinado a hombres mayores de edad. La urbe porteña carece de una entidad específica para mujeres.
Además, hay otros nueve en fase de implementación (Esmeraldas, Napo, Pastaza, Azuay, Imbabura, Manabí, El Oro, Guayas y Bolívar). También existen unos 200 centros privados, 80 de ellos ilegales.
“Si hace falta, realizamos la gestión para que -la madre- vaya al de Quito o a la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Instituto de Neurociencias, con el que tenemos convenio (...)”, afirma Garay.
Sin embargo, el responsable de Salud Mental en la Zona 8 subraya que el Ministerio de Salud Pública (MSP) “no cree mucho” en las clínicas de rehabilitación, donde “tampoco” se recuperan “en seis meses”, y apuesta más por el trabajo ambulatorio junto a la familia de la afectada: “Estamos tratando de controlar (las estadísticas) e ir a la baja. La idea no es tener más hospitales, sino tener a menos gente enferma”.
No obstante, Oswaldo Andrade, jefe de Neonatología en la Maternidad Mariana de Jesús, considera interesante crear una entidad especializada, donde la progenitora y el pequeño puedan superar juntos la adicción: “Tener a su hijo en el pecho activa el cerebro primitivo de la madre. Eso hace que quiera más a su bebé y que vaya olvidando su deseo de drogarse”.
4- Ante una emergencia Si se produce una intoxicación, emergencia, crisis grave o llega el momento del parto, la paciente debe llamar al ECU-911 para que la remitan a un hospital. A las embarazadas les suelen atender en la propia Maternidad Mariana de Jesús y en el Hospital Matilde Hidalgo de Procel. A los menores, tras un tratamiento de choque inicial que dura un mes, en el Hospital del Niño. En esta casa de salud se lleva a cabo el seguimiento de su evolución neurológica.
“Cuando ya ha dado a luz, -la madre- vuelve al intensivo ambulatorio y trabaja la desintoxicación y el aprendizaje de nuevas conductas positivas, que sirvan para que ella sea proactiva con su niño”, desgrana Garay.