Primero sintió que le molestaba el hombro. Pero con el paso de los meses, el dolor se ‘tomó’ su brazo. Y aunque Héctor se había acostumbrado, la molestia creció tanto que ya no podía alzarlo. Fue así como, mientras esperaba que le asignaran una cita con un médico ‘convencional’, decidió probar con la acupuntura.
“El especialista me preguntó qué me dolía, me revisó y luego me colocó las agujas. Así me dejó unos 20 minutos. La verdad es que no pensé que fuera efectivo hasta que salí del lugar y en la calle noté que podía alzar el brazo sin la molestia que sentía antes”, manifiesta el conductor, quien aún recuerda con simpatía la explicación que le dio el profesional que lo trató.
“Me dijo que el cuerpo humano albergaba una serie de redes internas de energía y que, así como pasaba con un televisor cuando se movía alguna pieza adentro, la ‘corriente’ no volvía a pasar bien hasta que alguien no la reparara”, recuerda con una sonrisa.
Es que según la Medicina Tradicional de China, cada cuerpo humano tiene un “jingluo”, que según explica la doctora Ana Wang Ping, es una red de pasajes por donde circula la energía vital. Y a lo largo de tales pasajes se distribuyen los puntos acupunturales, que suman un total de 354.
Esta técnica milenaria cada vez capta más interés de los pacientes occidentales, sobre todo por su efectividad al momento de aliviar el dolor, como le ocurrió a Héctor, quien tras su experiencia llevó a su suegra a la consulta. A ella, en cambio, la aquejaba un terrible dolor en la rodilla, producto de la artritis y también sintió alivio luego de someterse al tratamiento.
Pero, ¿cómo funciona? Guido Tay-lee, doctor y acupunturista, explica que el dolor es un mecanismo defensivo o respuesta frente a una lesión en el tejido muscular, óseo o un órgano. Pero que así como puede manifestarse como un síntoma, también lo puede hacer como una enfermedad, una vez que se convierte en crónico y sobrepasa los seis meses.
“La acupuntura es una medicina complementaria que se puede utilizar junto a la medicina tradicional. Ahí, lo que hace es acortar los tiempos y que los resultados sean mejores. Pero también puede ser terapéutica individualmente, como en el caso de dolores osteomusculares (huesos y músculos) de la espalda, que es uno de los más frecuentes”, señala el médico, quien además menciona que tiene excelentes resultados en lumbalgias, dolores cervicales, dorsales y musculares en cualquier otra parte del cuerpo.
La doctora y acupunturista Elsie Chang agrega que “la acupuntura está recomendada para dolores crónicos, de larga duración y de pequeña duración en casos agudos”, y que de acuerdo al paciente se puede combinar la técnica tradicional con electro-acupuntura, láser u otras variantes (moxas y ventosas) para conseguir alivio más rápido.
Jorge Chang, médico de esta misma especialidad, refiere que de esto existe evidencia científica.
“Desde un punto de vista neuroanatómico, varias estructuras del sistema nervioso central intervienen en la analgesia (o alivio del dolor) mediada por acupuntura, incluyendo la sustancia gris periacueductal, el núcleo rafe magnus, el locus ceruleus, el núcleo arqueado, la amígdala y el núcleo accumbens (toda estas partes del cerebro)”, menciona, haciendo referencia a un estudio publicado en 2008 por los científicos S. M. Wang, Z. N. Kain, and P. White.
Asimismo, detalla que -según un estudio del doctor L. F. He- “la acupuntura desencadena la liberación de neurotransmisores, tales como encefalinas y endorfinas en la sustancia gris periacueductal, el núcleo arqueado, y el núcleo caudado”, y que estas sustancias juegan un papel clave en el proceso de control del dolor.
“Los aumentos en la liberación de serotonina en el núcleo del rafe magnus y la liberación de noradrenalina en el locus ceruleus también son cruciales para la analgesia inducida por la acupuntura”, añade.
Sesiones y tratamientos
Aunque pacientes como Héctor aseguran que el alivio fue inmediato, los especialistas consultados indicaron que el número de sesiones dependerá de la dolencia, el tiempo de padecimiento, el estado del paciente y la respuesta que tenga su cuerpo.
Ana Wang Ping, por ejemplo, considera que “generalmente después de unas tres veces se deben presentar síntomas de mejoramiento”.
Elsie Chang, por su parte, estima que dependiendo del problema consultado, el número de sesiones puede variar entre cuatro a diez.
Mientras que en los casos de dolores crónicos o en su uso como paliativo, Tay-Lee explica que pueden realizarse hasta pasando un día.
Para mantener los beneficios del alivio entre una cita y otra, Elsie Chang menciona que existen las agujas de retención, que son una especie de chinchetas del grosor de un cabello y de un par de milímetros de longitud, que se colocan bajo la piel, cubiertas con un pequeño adhesivo.