Francesca adora la danza, el baloncesto, la cocina y el fútbol. Pero desde que le detectaron un tumor en su médula espinal hace dos meses, no le quedó más remedio que dejar todas aquellas actividades que tanto ama. Los dolores en la cadera y la pierna derecha se han vuelto constantes, de ahí que necesite un tratamiento médico urgente.
“Ella es deportista”, resalta su madre, Gabriela Prado, quien admira a la adolescente por su dinamismo y por la valentía con la que se ha enfrentado a una enfermedad que, en el mejor de los casos, podría dejarla postrada durante varios años.
Cuando cursaba la primaria, Francesca, de 13 años, anhelaba convertirse en una bailarina versátil. Así que, durante cuatro años, practicó ballet con entusiasmo. Después fue seleccionada para jugar al básquet en el colegio, donde estudia octavo de básica. Su abuela, Isabel Méndez, aún recuerda aquella feliz época. Pero fijando sus ojos en la grabadora del reportero, susurra que ahora su nieta tiene prohibido practicar ambas disciplinas.
A pesar de sus limitaciones actuales, Francesca sigue demostrando a sus compañeros y familiares que es una “líder”, asegura su madre mientras acaricia el pelo de la menor de edad en la sala de su casa, ubicada en Carcelén, al norte de Quito.
Pero ‘Fran’ no solo destacó por su habilidad en los juegos de pelota. También le atraen el ciclismo y la gastronomía. Incluso prepara unos postres deliciosos, explica Gabriela, quien ahora solo tiene en mente conseguir los 50.000 dólares que necesita para someterla a un tratamiento de radiocirugía robótica en Estados Unidos. Porque la alternativa de operarla en Ecuador, que ya le han propuesto algunos especialistas, entraña un riesgo añadido, según precisa: que la muchacha “no vuelva a caminar y no sea capaz de controlar sus esfínteres (...), quetermine su vida en una silla de ruedas y usando pañales”.
Por eso, Gabriela está dispuesta a dejarse la piel para viajar a tierras norteamericanas y probar con una alternativa menos invasiva que la cirugía, empleada tanto para tumores cancerígenos como benignos en cualquier parte del cuerpo. En estos momentos, no sabe con certeza si el tumor es o no maligno. Básicamente porque no ha habido posibilidad de practicarle una biopsia. La madre de Francesca sostiene que una punción podría dañar los nervios de su hija y dejarla inválida.
“Cómo no voy a querer estar yo en su lugar para que no sufra, para que no se despierte llorando en la madrugada, para que corra, baile, juegue y se desenvuelva normalmente como meses atrás”, destaca Gabriela llorosa.
EMPEZÓ CON UNA COJERAEn noviembre del 2014, ‘Fran’ comenzó a sentir molestias en su pierna derecha. Al año siguiente, los dolores derivaron en una evidente cojera. La familia contactó de urgencia con un traumatólogo, que le diagnosticó una desviación en la columna vertebral (escoliosis). Pero el especialista derivó a la pequeña a otro experto, que le propuso utilizar unas plantillas especiales y hacer diez sesiones de rehabilitación. En las dos últimas sufrió tanto que decidió no continuar.
En busca de una nueva opción médica, trasladaron a ‘Fran’ al Hospital Militar, donde le realizaron numerosas pruebas como ecografías y resonancias magnéticas, que confirmaron la presencia del tumor.
Actualmente ya no puede caminar con normalidad, sino que arrastra el pie derecho. Y ha perdido mucha masa muscular. “Parece que tiene una pierna más corta que la otra. Pero no es así. Simplemente no posee la fuerza necesaria para andar”, afirma su madre.
EMPEORAMIENTOA finales del pasado diciembre, los dolores en la extremidad se intensificaron. También aparecieron la picazón y un desagradable ardor. Gabriela, para contrarrestar su sufrimiento, le unta la pierna con aloe vera, hielo y cremas.
El martes, Francesca asistió con su madre al doctor.Era un control rutinario. Allí le inyectaron, lo que pareció calmarla por unas horas. Pero eso no sirvió para mitigar la parálisis de la pierna, que va en aumento de forma progresiva.
Su abuela cree que si el tumor sigue creciendo, la enfermedad podría llegarle “hasta el cerebro”. Por eso deben optar por una de las dos únicas salidas que les han planteado los médicos: la operación o el tratamiento en Miami.
Pero Francesca parece tener muy presente lo que le ocurre. De hecho, en su dormitorio, que comparte con su hermano de siete años, no hay afiches de estrellas del pop o el cine, sino un piano que la muchacha está aprendiendo a tocar y la pancarta que le regalaron sus amigas cuando la hospitalizaron por primera vez. “Te queremos”, reza la lámina, en la que las chicas estamparon también sus manos. Así ‘Fran’ calma su dolor en las noches más frías y duras...
LA ALTERNATIVA DE LA OPERACIÓNMarcelo Román, neurólogo pediátrico del Hospital Metropolitano de Quito, apunta que los tumores diagnosticados en la médula espinal deben ser operados “lo más pronto posible”, ya que pueden provocar parálisis, alteraciones motrices y sensitivas.
El especialista considera que un tumor en la columna vertebral comprime la médula, que es “una especie de vía por donde pasan todas las conexiones del cuerpo al cerebro”. Y, cuando eso ocurre, se aplastan las raíces nerviosas.
Por eso, cree que la intervención es la única alternativa posible: “Si fuera un tumor más pequeño, podría tratarse con radiación gamma de alta intensidad (habitual contra los tumores cerebrales). Pero si es muy grande, es preciso un procedimiento quirúrgico”, destaca.
DE LA MANO CON FRANCESCA“Esta batalla recién empieza. Estamos aquí con el espíritu en alto para hacer lo que se requiera y devolver la salud a mi ‘negrita’”. Así resume Gabriela los motivos que le llevaron a iniciar un campaña en Facebook el pasado 12 de enero. Su objetivo es recaudar los 50.000 dólares necesarios para que Francesca reciba el tratamiento deseado en Estados Unidos.
La campaña ‘De la mano de Francesca’ cuenta ya con 1.290 seguidores en la red social y ha servido para recaudar un total de 19.000 dólares hasta la fecha.
“Estamos en una carrera contra el tiempo, tratando de unir esfuerzos para que tenga la opción de volver a caminar”, detalla Gabriela en la página de Facebook.
Si usted desea colaborar con esta causa puede informarse en dicha red social o llamar al 0984700970.
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